Los que somos jóvenes pensamos que lo de Aytekin a favor del Barcelona es insuperable (La mayor gesta posible gracias al mejor atraco) o incluso, yéndonos un poco al pasado, podemos mencionar al tal Ovrebo, el cual parece seguir recibiendo amenazas de aficionados del Chelsea años después de su "gran actuación" (cosa que, no obstante, no es admisible). Sin embargo, mi padre (y los de su generación),, madridista hasta la médula, cuando hablaba del ejemplo perfecto de atraco arbitral, siempre se referían a unos tal Mister Ellis y Mister Leafe. A mi eso me sonaba muy lejos, tan lejos que nos tenemos que ir al año 1960 cuando el Real Madrid pentacampeón de Europa se enfrentó al Barcelona en Octavos de final y le toco la desgracia de encontrarse con dos árbitros ingleses, que perpetraron el atraco del siglo.
El primer partido, arbitrado por Mister Ellis, era en el Santiago Bernabéu, lleno hasta la bandera, que vio como su equipo se adelanta por 2-0 gracias al acierto de Mateos y Gento. El juego del Barcelona, entre timorato y violento (los zarandeos al árbitros fueron increíbles), hayo recompensa en un gol de falta de Luis Suárez en el 72. Cuando el partido agonizaba, el fenomenal Kocsis metió un pase para
Evaristo, el cual estaba en clamoroso fuera de juego. El linier levantó la
bandera, pero el señor Ellis, a pesar de los movimientos ostensibles del juez de línea, no le hizo caso, y Evaristo fue derribado en la misma
jugada por el guardameta Vicente. El penalti sí que lo pitó. Sorprendentemente el linier no hizo nada para aclarar la jugada de fuera de juego previa de Evaristo. Suárez anotó de penalti el empate a dos final.
Recordando Mateos el partido declaró: "El penalti de Vicente no lo discutimos nunca. Pero, claro, si antes
le hubiera dado la gana de ver la posición ilegal, nunca hubiera llegado
el empate a dos. Pero debió de cerrar los ojos, y el resultado fue una
total injusticia. Todos los temores quedaron confirmados y
lo que habíamos pensado de los árbitros ingleses tenía fundamento.
Entonces, Inglaterra tenía mucha influencia en el fútbol europeo".
El segundo partido, arbitrado por Mister Leafe, en el Camp Nou, deja al tal Aytekin como un vulgar aficionado. El encuentro iba empate a 0 cuando el fino extremo brasileño "Canario" fue derribado con un patadón a la altura del pecho en el área, pero la jugada continuó y Luisito Del Sol
marcó inmediatamente después. Mister Leafe había pitado algo, presumiblemente penalti, pero lo
que nadie podía imaginar es que pitase falta a favor del Barcelona Increíble. A la media hora, "Pachín" desvió un golpeo de Vergés tras un córner lanzado por Kubala y la
pelota se introdujo en la portería de Vicente. A pesar de las oportunidades de Gento, el partido llegó al descanso con victoria mínima para los locales.
Comenzada la segunda parte, Di Stéfano marcó después de un preciso centro de Puskas, pero Mister Leafe lo anuló por un inexistente fuera de juego ante las protestas madridistas. Poco después, Evaristo hizo el segundo gol de los locales tras un buen cabezazo. La eliminatoria estaba difícil, pero el árbitro seguía a lo suyo. "Pachín", el cual estaba medio lesionado por un encontronazo anterior (entonces no existían las sustituciones), anotó el gol del cojo, que Leafe volvió a anular. Tampoco quiso ver que una pelota lanzada por Gento, había traspasado la línea de gol cuando Gracia alcanzó a despejarla.
Gol de Evaristo |
A tres minutos del final (¡Por fin!), "Canario" hizo el
definitivo 2-1. Esta vez a Leafe no le pareció bien anularlo, pero la suerte estaba echada. No descontó nada y el Real Madrid era eliminado por primera vez de la Copa de Europa. Nadie discutía que los azulgranas tenían buenos jugadores, pero lo cierto es que la prensa cargó contra unos árbitros nefastos, los cuales paradojicamente eran los mejores valorados a nivel internacional. El atraco de Ellis y Leafe fue... ¡Tremendo!
Tras desear suerte el Barcelona en la competición (a pesar de todo) y semanas después de todo ello, el Real Madrid volvió al lugar de los hechos (esta vez en Liga) y ganó 3-5. En la final europea de ese año, si me permiten, hubo una suerte de justicia poética. No porque el Barcelona la perdiera por 3-2 ante el Benfica, sino porque estrelló hasta tres balones en la madera. El equipo blanco por su parte ganó la Liga después de tres años en la que sería la primera de sus cinco campeonatos ligueros consecutivos. Sin embargo, lo de Ellis y Leafe escoció bastante.
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