Había otros grandes delanteros muy por delante de él, pero por falta de goles no iba a ser. Sí; Prudencio Sánchez Hernández desde siempre había tenido un algo especial para el gol y sería en el club de su ciudad, Salamanca, donde despertó el interés del Atlético Aviación (el actual Atlético de Madrid) y... ¿Qué hizo el chico nada más a llegar a Madrid? Pues marcar goles (con el pie, con la cabeza, de jugada, ...) hasta el punto de ser máximo goleador del Campeonato con 33 goles, siendo además el equipo rojiblanco campeón de Liga por segunda vez consecutiva.
Sin embargo, el joven Pruden, al no llegar a un acuerdo con el equipo madrileño, volvió a su tierra natal, Salamanca, terminando sus estudios de medicina. Todo eso, mientras jugaba en el Salamanca, sondando ya rumores sobre su posible fichaje por el Real Madrid.
Así el doctor Pruden volvería a la Primera División al fichar por un Real Madrid en construcción, muy lejos todavía de las gloriosas etapas que vendrían. Con Sabino Barinaga, Pruden formaría un dúo letal, que, sin embargo, no tuvo suerte en el Campeonato de Liga en unos años donde el Valencia de otro gran goleador, "Mundo", era el equipo a batir.
No sería así en la Copa con un extraordinario 11-1 al Barcelona en unas semifinales (donde anotó 4 goles) y dos triunfos seguidos ante el Valencia (anotando dos goles) y el Español de Barcelona (anotando uno). Esos fueron los primeros títulos con Bernabéu de Presidente.
Sin embargo, la que sería la temporada de su adiós, sería la más importante no por conseguir otro título, sino porque gracias a sus dos goles ante el Real Oviedo la última jornada, el equipo blanco evitó la promoción. Fue la última contribución de un Pruden como jugador blanco, pasando posteriormente a formar parte de los servicios médicos del club madridista.
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