Se cuenta que Europa era una mujer de origen fenicio hermosisima de la que se enamoro Zeus, el Rey de los Dioses, muy habituado en ese de yacer con aquellas que no fueran sus esposas (para lamentaciones de Hera)... y a los raptos.
Zeus se transformó en un toro blanco y se mezcló con las reses que tenía el padre de la joven. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, la chica vio al toro y acarició sus costados y, al ver que aparentemente era manso, se montó en él a lo que el falso toro aprovechó corriendo al mar, nadando hasta la isla de Creta, llevando a la joven en el lomo. Ya en la isla, Zeus reveló su identidad, y Europa se convirtió en la primera Reina de Creta. En otra versión del mito, relatada por Heródoto, el que la secuestro no fue Zeus, sino los propios cretenses, los cuales igualmente la convirtieron en su Reina.
Cabe resaltar que la figura de Europa es indisociable del toro, animal sagrado adorada en la zona del Levante. Muy reconocida es la historia del minotauro, mitad toro, mitad humano, que dio lugar al mito del laberinto, construido por Dédalo, padre de Icaro (enlace), para contener a la bestia a la que se enfrentó Teseo (enlace).
Europa, por otra parte, dio nombre al continente, tanto para latinas como germánicas y eslavas que utilizan un alfabeto proveniente del latin, excepto para el inglés y el húngaro. El rapto de Europa, muy reconocido dentro de la mitología griega, es una de las historias más representadas por el arte.
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