Once años después hay sentencia del llamado caso Prestige con la absolución de todos los imputados. Pero, aún once años después, a algunos le sigue sin importar menos que nada las personas que sufrieron la catástrofe porque escandalo no es que un barco con pocas garantias de seguridad saliera con el permiso del país de origen, sino que para algunos lo importante, en ese tiempo, era derribar a un Gobierno, aprovechándose de forma descarada y miserable de lo que fue una desgracia no para un Gobierno, ni para un grupo concreto, sino para España.
Y son los miserables de ese momento, los que critican la sentencia y son capaces de sacar cosas como las que dijo el actual Presidente del Gobierno, de los llamados "hilillos de plastilina". Porque lo importante, en ese momento y ahora, es acabar con la derecha porque cuando no se tienen ideas lo mejor es actuar, aunque sea pasando por encima de las desgracias de personas que se quedaron sin trabajo por culpa de una marea negra, aunque, es verdad, que recibieron las ayudas y compensaciones económicas de forma inmediata.
Porque lo que interesaba, y sigue sin interesar, a algunos sectores de la izquierda es el bienestar de sus ciudadanos y si decir lo malo que es el otro. Que dijo en su momento el PSOE que se tendría que haber hecho. Absolutamente nada. Porque desde la oposición es fácil criticar sin propuestas y sin alternativas, algo que no ha variado desde entonces. Y han pasado los años.
El Gobierno actuo más o menos rápido, pero nunca abandono a los que si sufrieron la crísis del Prestige, mientras el PSOE y otros grupos se dedicaron a agitar a la población y a formar ese grupo de presión llamado "Nunca Maís" que no ha aparecido hasta este momento cuando ha habido otros desastres ecologicos, entre ellos los provocados por la colonia de Gibraltar en aguas españolas y no han dicho nada. Ahora a esos mismos, la rabia de no ver sentados en el banquillos a los que ELLOS consideran responsables, les puede, por eso esa organización y los mismos zopencos que actuaron como actuaron, vuelven a salir a la palestra.
Carmona: "Y si no hundimos otro barco" |
Un ejemplo de como se actuo desde la oposición en esos días fueron las palabras, en broma o no, del tal Antonio Miguel Carmona, que hasta hace poco confeso que recibia mensajes de sus dirigentes para que dijera lo que ellos le mandaban vía movil: "Vamos sobrados de votos. Y, si es necesario, hundimos otro barco". El susodicho acabo dimitiendo, aunque esa frase fue clarificante en la forma en que actuaron los dirigentes del PSOE, no sólo en el caso del prestige (demostrando lo poco o nada que les importan el sufrimiento ajeno), sino en el del 11-M, incumopliendo la jornada de reflexión con manifestaciones convocadas, mediante movil, en las sedes del PP. ¡Qué democratas!
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