miércoles, 20 de noviembre de 2013

Derechos, pero con deberes

Una de las cosas malas que ha traído el llamado Estado de bienestar es que todo el mundo se cree con derechos, pero sin ningún deber. Así se pasan por "ahí" los derechos de los demás, organizando huelgas salvajes u ocupando sitios públicos sin permisos, cuando no pegan a un policia.


Desde la izquierda ya saltaron con que esta ley de seguridad ciudadana, que preve multas a quien se comporta de forma incivica (los llamados escraches, manifestaciones sin aviso, rodear el Congreso, menospreciar y pegar a policías, botellones ilegales, etc.)  es propia de un Estado dictatorial o fascista. Tiene gracia que siempre utilicen esa palabra para todo. Pero convendría pararnos que es ser fascista (o totalitario mejor dicho).
No es totalitario sancionar a personas cuya conducta incivica socava el derecho de los demás ciudadanos como quemar contenedores, sino convocar a personas para rodear todo un Congreso de los Diputados con un lema que anteriormente era "Asalta el Congreso", algo que hubiera suscrito el mismo Tejero.
Lo que pasa es que a algunos les molesta que por fin las algaradas tengan su justo castigo. Les molesta porque cuando desde determinado partido no se tienen ideas, la algarada callejera es lo que cuenta. Como decía ese "insigne prohombre del socialismo español" llamado Pablo Iglesias: "Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones" (cambien aspiraciones por poder). 

Pablo Iglesias

Lo que fastidia a algunos que literalmente les importa un pimiento los derechos de los demás, pero si que respeten los mios.  Es que el tema monetario el algo que echa para atrás a cualquiera ("la pela es la pela"), aunque ésto ya se ha hecho. En 1992, el Ministro Corcuera, que no es sospechoso, ni mucho menos, de ser de derechas, saco una ley parecida y, que "casualidad " el PSOE, que ahora tanto ataca este proyecto de ley, no se pudo en contra de aquel, que fue denominado como "ley de patada en la puerta".
Lo que hay que ver de forma objetiva y nada ideologizada es que España tiene un problema muy grande, acrecentado por la crisis, de seguridad ciudadana. Y eso es algo que pudimos ver en la pasada huelga de basuras en Madrid. España no puede consentir que un derecho noble como pueda ser una huelga o manifestación, socave el derecho al trabajo de los demás o el ir por una ciudad más o menos decente. Porque el derecho de manifestación esta recogido, pero no de cualquier forma. Ya podrían hacer caso muchos de ellos a lo que dice precisamente esa letra que tanto cantan y que bajo ella han sucumbido pueblos enteros como es la internacional: "No más deberes sin derechos; Ningún derecho sin deber". Dicho queda.

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