En su libro póstumo, fue descubierto noventa años después de su muerte, "Paris en el Siglo XX" nos relata Don Julio Verne (sobran las presentaciones) que se hallaba en medio de una sociedad en la que no se leía.
De todas las "predicciones" de Verne, ésta es sin lugar a dudas la más trágica porque para nuestra desgracia se ha cumplido. Porque hoy en día no se lee y no por causas monetarias como en otros sectores de la sociedad, sino porque la gente considera que es una perdida de tiempo. ¡No saben lo que se pierden!
Mi idilio con la literatura me llevaría desde mi infancia y es algo que no sólo ha cambiado, sino que ha perdurado en el tiempo.Al principio, se nos obligaba a leer por el simple hecho de disfrutar y, por supuesto, tener menos faltas de ortografía. Y es verdad que, obviando palabras que no suelo escribir, ni leer, las faltas de ortografía se redujeron de forma considerable. Pero lo importante del asunto es el hecho de disfrutar del simple hecho de leer.
El poder de la lectura es infinito porque éste te permite viajar a mundos reales o ficticios, hacerte amigo de sus protagonistas, desentrañar algún misterio oculto y, en definitiva, sentirte protagonista de esa historia que un buen día se le ocurrió al escritor de turno. Puede ser una historia de amor, terror, de misterio, etc. pero lo que la hace una historia única es poder sentirte parte de ella y comprobar cuan grande fue el hombre o mujer al que se le ocurrió tal relato. Un poder que la gente desgraciadamente se olvida al crecer, para su desgracia porque es un poder que nunca acaba y es que los libros siguen ahí, preparados, esperándonos en esa estantería, dispuestos a ser leídos millones de veces.
Y es que ya lo decía el manco más famoso del mundo, Don Miguel de Cervantes: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Don Miguel tenía razón.
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