"Wilt, Wilt, Wilt", gritaban como una sola voz la cancha de los Warrios. Estaban siendo testigos de una proeza inimaginable. El día en que un solo jugador alcanzaba una barrera increíble. Wilt Chamberlain acababa de anotar 100 puntos. Chamberlain ya había anotado hasta 70 puntos, pero aquel día estaba especialmente inspirado. "Si no hubiera salido la noche anterior, hubiera llegado a los 140 puntos", decía un ironico Wilt.
Tras acabar el partido |
Los Warriors comenzaron el partido con un 13-9, siendo todos sus puntos de Chamberlain Cuando acabo el primer cuarto llevaba 23, pero quería más. Los New York Knicks, el rival de aquella noche, busco la medida desesperada de ponerle hasta tres rivales encimandole, pero Wilt era demasiado grande para sentirse intimidado por ello. La táctica no funcionaba y Wilt, dominador tanto por debajo como fuera del aro, ya había anotado 41 puntos al descanso.
Wilt muy pronto llego a los 70 puntos antes del último cuarto la proeza podía ser posible. Pasenle balones a Wilt, le decían los aficionados a sus jugadores. Dicho y hecho. A Wilt le salía todo. Sus 2,16 no le impedían jugar con el balón fuera del aro, dado que era capaz de controlar éste con una gran presición, dados los tres años que actuó como base.
Wilt supero los 78 puntos cuando aún faltaban ocho minutos para el
final. A falta de 2:30, llevaba 92. El punto 98 llegaba cuando quedaban 1:30 para el pitido final. Tras tres intentos fallidos, consiguió irse de sus dos defensores y recibir un pase, cerca del aro y, mientras caía, cuando aún restaban 46 segundos, la
lanzó hacia el tablero, entrando, ante la mirada espectante de los aficionados y los jugadores locales y rivales. La predicción de una leyenda de la NBA como Elgin Baylor se cumplía: "algún día este tipo anotara 100 puntos".
Chamberlain superaba una barrera impresionante, los 100 puntos, algo que, hasta la fecha, ningún jugador ha llegado, ni tan siquiera a igualar.
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