Desprecian lo público

No se dejen engañar. Cuando oímos al político X decir que es que lo mejor que hay es la sanidad o la educación pública esta mintiendo. No esta mintiendo porque no sea mejor, sino porque dice lo que ustedes quieren oír, pero después cuando están en el poder, se cargan poquito a poco lo público. Y ustedes se preguntaran, ¿Por qué nos dicen que lo público es mejor que lo privado si piensan lo contrario?

 

Pues porque creen que de esta forma ganaran votos y ya esta. Porque lo público les interesa bien poco. Con los dedos de las manos podríamos contar los hijos de políticos que van a la educación pública o los que van a que les atienda un médico por la seguridad social. No es que estén alejados de la realidad social, sino la desprecian.

Por eso me llama la atención que el Señor P. (Rubalcaba para entendernos) diga que todo lo que privatice el PP (algo que esta por ver), harán que vuelva a ser público cuando este en el poder. Mentira. Y encima, dicho por un tipo que ha representado uno de los males más grandes para la educación pública (recordemos que fue Secretario General de Educación entre 1988 y 1992). Y, por no hablar de la sanidad que se ha convertido en un caos absoluto porque ellos no tienen que hacer largas colas para que los atienda un médico sobresaturado.

Yo siempre defenderé lo público y los políticos también tienen que hacerlo, pero no con palabras, sino con hechos. La cosa no consiste en dar más dinero (En España se ha convertido en una costumbre odiosa), sino en que las políticas sociales ayuden a las personas, que exista más calidad en las políticas educativas y sanitarias. Que haya un auténtico consenso dentro de la sociedad para cambiar las muchas cosas que no están funcionando y mejorar o mantener las que si funcionan. Porque de esta forma conseguiremos salir de esta espiral de podedumbre y mamoneo en que algunos han convertido lo público. 

Esto no significa que lo privado sea peor que lo público y viceversa, pero que tampoco intenten engañar a la ciudadania porque ya lo decía Abraham Lincoln: "Se puede engañar a todos alguna vez, o engañar a algunos siempre, pero no se puede engañar a todos siempre".