Esa es precisamente la expresión que se me viene a la cabeza cuando leo que el Señor Blesa, ex-presidente de Caja Madrid, le ha sido decretada prisión sin fianza. No digo que no haya podido cometer un delito, pero tiene narices que a un señor, que te puede caer mejor o peor (a mi me da igual), le hayan metido hasta dos veces en la cárcel en tan poco tiempo.
El juez ha encontrado a alguien que sirva de ejemplo para acallar a la ciudadania. Porque yo creo que han ocurrido cosas muchos más serias en este país como para que un señor vaya a la cárcel por comprar un banco en Florida por, según el juez, más de lo que valía en realidad. Aquí han pasado cosas como las preferentes, donde se ha abusado de la buena fe de la gente, y lo de las hipotecas, donde la gente interiorizo que era mejor comprar que alquilar porque, claro, es mejor tener algo que en teoría es tuyo, aunque tengas que pagar por el toda la vida.
Porque a mi, sinceramente me importa bien poco, con todo el respeto del que puedo hacer gala, que ese señor haya comprado algo por un supuesto sobrecoste. O es que un banco se puede tasar. Habrá gente que piense que lo ha comprado por mucho o por poco. Un juez, bajo mi juicio, no esta capacitado para valorar, esa situación. Pero todo ha quedado claro. Alguien tenía que ir a la cárcel. Y que mejor que un "amigo" de Aznar para imponer mi "ley". Un tipo que al fin y al cabo ha sido un poderoso de este país. Pues voy a por el.
Algo parecido paso con Mario Conde, cuando precisamente había otra crisis tremenda y los casos de corrupción, sobre todo del partido del Gobierno, salpicaban instituciones como la Guardia Civil (Caso Roldan) o el Ministerio de Interior (Caso GAL). Mario Conde no es que sea santo de mi devoción, pero cumplió con la Ley porque a la justicia se le metió en la cabeza acabar con el Señor Conde porque, hay que decirlo, fue un hombre muy bien relacionado en este país y Presidente de Banesto. No digo yo que hiciera cosas bien, pero la justicia busco su zanahoria para perseguirla y ese fue Mario Conde.
Y ahora lo es Blesa, al que no se ha juzgado. Sólo se le ha interrogado y ha acabado dos veces en prisión. En la primera no pudo pagar la fianza porque el juez decreto su ingreso cuando habían cerrado los bancos y, claro, queda muy bien que un banquero pase la noche en el calabozo.
Ya me gustaría que con otros personajillos fuera tan dura la justicia. Una justicia que actúa ha trompicones y cuando lo hace, lo sale deprisa y mal.
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