Tal día como hoy fallecía un genio matemático y científico, que ha pasado a la historia como el precusor de la informática moderna.
Alan Turing destaco durante la II Guerra Mundial por ser uno de los artífices del desciframiento de los códigos nazis, rompiendo de esta forma los secretos que escondía la máquina Enigma. Para que esto tuviera lugar, Turing diseñó la bombe, una máquina electromecánica, llamada así en reconocimiento de la diseñada por los polacos, bomba kryptologiczna, que se utilizaba para eliminar una gran cantidad de claves enigma
candidatas. Para cada combinación posible se implementaba eléctricamente
una cadena de deducciones lógicas. Era posible detectar cuándo ocurría
una contradicción y desechar la combinación. Este artilugio posibilito que los aliados se anticiparan a los movimientos nazis y, de esta forma, empezaran a ganar la guerra.
La bombe, la máquina descifradora de Turing |
Pero ahí no quedo la labor destacada de Turing. A principios de los años 50 llevo a cabo la prueba conocida como "Test de Turing". mostrar la existencia de inteligencia en una máquina. La prueba que se llevo a cabo consistía en un desafío. Se supone a un juez situado en una
habitación, una máquina y un ser humano en otras. El juez debe descubrir
cuál es el ser humano y cuál es la máquina, estándoles a los dos
permitido mentir al contestar por escrito las preguntas que el juez les
hiciera. La tesis llevada a cabo por Turing es que si ambos jugadores eran
suficientemente hábiles, el juez no podría distinguir quién era el ser
humano y quién la máquina. Hoy en día muchos informáticos afirman que esto es una prueba clara y contundente de la existencia de la Inteligencia Artificial. Turing paso a la historia por este procedimiento que aún hoy, cuando han pasado más de cincuenta años, sigue teniendo vigencia.
Turing era reconocido tanto por su investigación informática (teoría de la computación), como por sus avances matemáticos. Pero el destino le tenia reservado un final desagradable. En 1952 le procesaron por su homosexualidad, viendo así truncada su gran carrera, ya que en aquella época estaba prohibida dicha condición sexual, algo que también utilizaron en contra de un gran escritor como Oscar Wilde. En 1954 fallecería, tras ingerir una manzana envenenada. Muchos afirman que fue un suicidio, pero nunca quedo claro. Lo que si se clarifico es que Turing, en ese tiempo, perdio el prestigio que había ganado todos esos años, desde sus trabajos en un campo aún virgen como era el de la computación a su destacada lucha contra el terror nazi, descifrando sus códigos ocultos. Sus investigaciones y logros, por lo tanto, quedaron olvidados por las autoridades que no podían consentir que dentro de los libros de honor de la ciencia, la computación y la historia destacara un hombre condenado por perversión sexual.
Tendría que llegar el Siglo XXI, para que se le empezara a reconocer su trabajo científico, así como su labor detacada durante la II Guerra Mundial. Las placas y los discursos a favor de Turing estuvieron y están bien, pero un matemático como Alan Turing no merecía un final tan trágico como este. Un genio que llevo el concepto de la computación a su máxima expresión.
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