Mucho antes que la Iglesia Católica oficializara el concepto de Inmaculada Concepción (8 de Diciembre de 1854), infinidad de pintores ya habían retratado a la Concepción, destacando muy especialmente los del barroco. Uno de los más reconocidos pintores de Inmaculadas lo tenemos en Bartolomé Esteban Murillo.
Parece ser que Murillo, natural de Sevilla y uno de los más grandes representantes del barroco español, pintó un total de 20 Inmaculadas y, de hecho, muchos le conocen como el "pintor de las Inmaculadas". En todas ellas son patentes los claroscuros propios del estilo pictórico imperante, aparte de que la Virgen, por lo general orante, se encuentra acompañada de querubines, los cuales la acompañan al cielo.
Murillo |
Estas pinturas formaban parte de peticiones de ordenes religiosas al pintor, destacando muy especialmente los franciscanos. La doctrina como tal no era oficial, pero si oficiosa hasta el punto que los pintores sevillanos al ingresar en la academia de dibujo prestaban juramento de fidelidad al Santo Sacramento y a la doctrina de la Inmaculada, la cual asociaban con la Eucaristía en tanto en cuanto el Amor a los hombres que había movido al Mesías a encarnarse en el pan, había preservado a María, la madre de Dios, del pecado antes de todos los tiempos. En Sevilla, el concepto de Inmaculada Concepción estaba muy arraigado.
Entre las Inmaculadas las más conocidas son la de El Escorial y la de los Venerables o Inmaculada de Soult, las cuales se encuentran en el Museo del Prado. Don Bartolomé Esteban Murillo es por definición uno de los más grandes pintores de su época gracias en parte a sus Inmaculadas.
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