Ya cuando fichó por el Liverpool, Kenneth Mathieson Dalglish era toda una leyenda del fútbol británico. 167 goles con el Celtic de Glasgow era su aval y los red pagaron hasta 440.000 libras, rompiendo el mercado de fichajes, pero... ¿Lo valía? SÍ y con creces.
Kenny se ganó el corazón de los reds a base de goles y juego. Su primera temporada: 31 goles y la Copa de Europa, pero lo bueno estaba por llegar. Seis Campeonatos de Liga y otras dos Copas de Europa a las que contribuó con 169 goles.
Lo llamativo es que sus últimos años como jugador fueron en ese figura tan olvidada hoy en día del jugador-entrenador. Efectivamente; de 1985 a 1990, Kenny entrenó al equipo, llevandolo a la gloria en una época donde los equipos ingleses habían sido echados por unos años de las competiciones europeas por la tragedia de Heysel en una final donde los de Liverpool perdieron ante la Juventus de Turín. Kenny, al igual que todos, no pudo más que sentir horror del lamentable espectáculo dado por los hooligan ingleses.
Como entrenador consiguió tres Ligas y una Copa. Hasta 1990 estaría en el equipo al que tanto había dado y que igualmente tanto le había dado a él. Como entrenador en otros equipos, fichajes, homenajes, pero todavía sentía nostalgia del Liverpool.
Volvió a su equipo como sustituto hasta final de temporada, llevándolo de la 12ª a la 6ª posición en la Premier League, siendo renovado, pero acabaría por abandonar su puesto debido a una mala temporada. hace poco hemos conocido que el mítico y viejo Anfield al que tanta alegrías dio Kenny, tendrá una grada con su nombre. Todo un homenaje a uno de los más grandes del fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario