Era (y es) un auténtico gigante con 1,81, que en su época era ser un guardameta altísimo, pero lo más importante es que en la porteria del Athletic de Bilbao se mantuvo casí 20 años de titular en unos años aciagos en cuanto a Ligas de trataba, pero que aún con todas seguía demostrandose que el fútbol vasco tenía gran importancia dentro del fútbol español.
Con Iribar de guardameta se ganó la Copa de Europa de Naciones de 1964 y con Iribar de guardameta el equipo bilbaino consiguió dos Copas de España (entonces del Generalisimo), pero lo más trascendental es que Iribar demostraba continuamente su gran agilidad entre palos y es que no sólo iba bien por alto, sino por bajo, demostrando además un liderazgo que se le tiene (y debe) exigir a todo aquel que se ponga entre palos.
Efectivamente; Iribar por veterania fue capitán del Athletic de Bilbao, pero eso iba más allá de los años deportivos. Iribar era grande; muy grande hasta el punto de convertise en todo un símbolo del club, aparte de ser una figura mediatica del fútbol español en los años 60 y 70, incluso antes de otro gran guardameta vasco que vendría después, aunque en el equipo rival, la Real Sociedad (un tal Arconada).
Iribar se retiró del fútbol en 1980 después de más de 600 partidos con su club y 49 partidos con la Selección Española. Ese año de 1980 muchos que habían crecido viendo al gran Iribar, echaron a llorar en el viejo San Mamés cuando éste colgó los guantes. ¡Cuánto lo iban a echar de menos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario