Antes Presidente Cabildo y Alcalde que Ministro, José Manuel Soria fue el vivo ejemplo del ascenso de la derecha española en España. Nadie apostaba un duro por él hasta que obtuvo la mayoría absoluta para la alcaldía de las Palmas y con ello la forja de un hombre que se ganó amigos y también muchos enemigos de dentro y de fuera, los cuales lo despreciaban por ese aire tan de superioridad, llegando a ser el Presidentisimo del PP de Canarias al que nadie tosía (lo seguía siendo en su etapa ministerial) y al que sólo le faltó ser Presidente de la Comunidad Autónoma.
No se si Soria es o no es culpable o no. Lo que es seguro es que con su dimisión no ya como Ministro, sino de la política ha hecho que más de uno en estas islas saque el champán y se ponga a brindar porque si algo no sobra en las Islas Canarias y gran parte de España es el regocijo por el mal ajeno, aunque no nos afecte a nivel personal en lo más mínimo, haciendo leña del árbol caído como los cobardes que son.
Soria pecó a nivel político y va a tener que pasar una penitencia en estas islas en las cuales se le cogió mucho odio no sólo porque fuera de derechas, sino porque el personaje cayó mal a muchos tanto dentro como fuera del partido. Lo que si es seguro es que sin haber sido Presidente del Gobierno de Canarias (cargos que han ostentado gente tan infame como Paulino Rivero, Adán Martín o Román Rodríguez), se abre una etapa distinta dentro no ya sólo de la propia derecha en las islas, sino de la misma política insular. Sí ha cometido o no delito, lo dirá hacienda o un juez, pero lo cierto es que la "pena" política ya la cumplió con creces, marchándose por la puerta de atrás.
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