jueves, 21 de abril de 2016

Manos... ¿Limpias?

Antes de nada, decir que siempre desconfió de aquellos que se erigen en salvapatrias o defensores del pueblo; de aquellos que utilizan el populismo a costa de los propios ciudadanos a los que dicen defender. Eso ha sido Manos Limpias (Lo de Limpias parece que es un decir), que decía llevar al banquillo de los acusados a aquellos que cometían supuestas tropelías, ya fuera de la ideología que fueran, pertenecieran o no pertenecieran a la Casa Real. Una organización que se autodenominaba como sindicato y de hecho estoy de acuerdo con que es un sindicato... del crímen, claro (siempre presuntamente). 


Porque la actitud manipuladora y chantajista por parte del tal Bernard y Ausbanc con supuesta compra de jueces o chantaje a determinadas personas denota lo que podríamos definir como una actividad mafiosa; una actividad que utilizaba el populismo para erigirse en defensores de los ciudadanos. Y todo con la connivencia de la sociedad dependiendo (claro esta) de quien era o no el acusado de determinado delito. Si acusaban a un tipo de derechas o a la Infanta, eran los salvadores de la Patria; sí acusaban a un tipo de izquierdas o extrema izquierda, son unos fascistas y unos miserables a las ordenes de la derecha. Es verdad que el tal Bernard es un tipo procedente de la extrema derecha, pero eso parece que no les importaba cuando acusaban de una forma avasalladora a la Infanta o se reunían con el Juez que llevaba dicho juicio; un tipo, por cierto, que le gusta aparecer en los medios.
La cuestión es que estos señores actuaban presuntamente (no se me olvide) sin control, acusando a todo quisque para sacar sus propios beneficios y seguir acusando a más gente a los que supuestamente chantajeaban y que ahora han salido a la luz como las ratas porque si algo es seguro, es que la mayoría de esos personajes (supuestos chantajeados, ojo) han dado la cara ahora. Esto nos puede llevar a un debate muy profundo sobre la ideoneidad de la acusación popular y cómo regular la misma. Eso se lo dejó a los juristas y abogados.

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