Por razones de edad no pude presenciar lo acontecido a raíz del llamado caso de banca catalana y el entonces Presidente de la Generalidad Pujol. Sin embargo, mucho se nos ha repetido el como, tras quedar absuelto, el ex-molt honorable, desde el balcón decía aquello de que lo que habían querido hacer con él era una indignidad política.
Sí de verdad hubiera habido algo de decencia en este país, personajes como Pujol no se hubieran atrevido a salir, diciendo que los demás eran muy malos porque querían acabar con él. Personajes como Pujol y tantos otros son los indignos. Lo que hacen que uno se replantee acertadamente o no, sí hay una cantidad exagerada de corruptos en las instituciones.
No creo que haya más corruptos que autenticos democratas. Me niego a creerlo. Sin embargo, personajes como Pujol demuestran a cada paso que dan, a cada palabra que dicen y a cada millón que aparece, lo indignos que son. Ahora Pujol no es ovacionado por un pueblo adormecido por unos medios tanto políticos como periodisticos que han consentido que Cataluña viva en la indigencia económica y social actual. Ahora el señor Pujol es abucheado e increpado cuando antes tenía patente de corso para hacer lo que le viniera en gana. Los indignos no eran los que les querían investigar. El señor Pujol y familia han demostrado que, con sus corruptas acciones, los indignos eran ellos.
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