Después de una larga precampaña electoral (esto no fue legislatura, ni nada), viene otra precampaña y después una campaña electoral (¡Qué aburrimiento!) en la que los partidos políticos nos dirán lo malo malísimo que es el otro, aquel con el que en algunos casos buscaron el acuerdo a toda costa, creando vetos, haciendo una especie de cordón sanitario no al líder político de turno, sino a todos los que votaron a dicho partido.
Ya sabíamos que teníamos oradores nefastos, pero como negociadores no tienen precio. Hasta el que aso la manteca sabe que en las negociaciones de toda índole los vetos estan prohibidos (al menos siéntate a hablar ¡narices!) y que despreciar a un oponente esta muy mal visto. La gente con sentido común sabe quien ha mentido respecto a sus pactos postelectorales y sus no querencias a los cargos; quien ha dicho digo y 24 horas después dijo diego.
Esta campaña electoral va a ser inútil con respecto a los partidos políticos, que se tiraran los trastos a la cara, pero muy reveladora respecto de un votante, que ha visto la auténtica cara del político de turno; a quien le importa los ciudadanos sean de la ideología que sean y quien a sido coherente.
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