sábado, 21 de mayo de 2016

Clásicos Inmortales: Rebelde sin Causa

Esta película mitificaria la figura de James Dean más allá del cine, pero lo cierto es que siendo una de sus actuaciones más sobresalientes, Dean no es más que un granito (permitanme la expresión), teniendo en cuenta lo que supuso esta película no ya para el séptimo arte, sino para la sociedad estadounidense del momento. 


Nos encontramos en una calle de los suburbios de Los Ángeles. Allí esta un adolescente borracho Jim Stark (James Dean) tumbado en una acera. El joven es arrestado y llevado a la división de menores de la estación de policía por una embriaguez extrema.  En la estación se encuentra con John "Platón" Crawford (Sal Mineo), que fue detenido con la pistola de su madre, y Judy (Natalie Wood), que fue llevado por violación del toque de queda, aunque en un principio por sus ropas fue confundida por una prostituta. El tres cada uno por separado revelar sus más íntimos frustraciones a los oficiales. 


Jim, siempre cambiando de colegios, siempre entre dos aguas, no soporta las discusiones de sus padres, Judy esta convencida de que ella, al haber crecido, su padre no la quiere por lo que se pone ropas subidas de tono para llamar la atención y Platón (apodado así por el célebre filosofo griego) vive en una casa desestructurada, habiendo sido abandonado por su padre cuando era un niño, mientras que su madre pasa largas temporadas fuera de casa, permaneciendo al cuidado del ama de llaves. 
La confrontaciones entre Jim y sus padres se dejaran notar en la comisaria y también en casa. Y todo en vísperas de ir al Instituto donde no le irán mejor las cosas.  Allí conocerá a Judy de la que parece enamorarse y a un Platón con el que muy pronto hará buenas migas y es que el propio chico, falto de una figura paterna, vera al joven Jim como una especie de padre que nunca tuvo. Sin embargo, la adaptación de un joven en un nuevo centro de estudios nunca es fácil, pero más lo será para un Jim que no tarda en meterse en problemas. Se batirá en una pelea de navajas con el mayor matón de la clase, Buzz, que es el novio de Judy. Buzz no verá con buenos ojos que su novia hable con un marginado como Jim, ya que considera que ella es de su propiedad. 

La conqueta Judy

Es por eso que Buzz retará a Jim a una carrera de coches que tendrá un fatal desenlace: la muerte de Buzz. Sin contárselo a sus padres, tras no recibir respuesta de como defender el honor en momento arriesgado, Jim va a la misma, aceptando el resto del envalentonado Buzz de correr una carrera de coches rumbo a un acantilado, en la que el primero que evite la caída pierde y, por lo tanto, sería considerado, un cobarde. La conclusión de la misma es dramática: Buzz acaba cayendo por el precipicio, algo de lo que se salva Jim, que acaba saltando antes de llegar. 

La carrera de la muerte

Después de discutir muy acaloradamente con su madre, que no quiere que se entregue, y su padre, al que pega y esta a punto de estrangular, Jim decide ir a confesar lo sucedido a la comisaría. Mientras va de camino, se cruza con los amigos de Buzz, que sospechan que Jim quiere denunciarles y amenazan a Platón para descubrir dónde vive su amigo. Platón recoge una pistola en su casa y corre a avisar a Jim del grave peligro que corre.

Problemas familiares

Jim, Judy y Platón e esconden en una mansión abandonada. Allí será donde Jim y Judy se declaran su amor. Los matones no tardan en llegar a la casa, siendo acorralados los tres jóvenes. Platón mata a uno de los pandilleros y corre a refugiarse al Planetario. 

Judy y Jim

La policía, tras enterarse de lo ocurrido, decide ir en busca de Platón, mientras Jim y Judy, sabiendo donde esta su amigo, harán todo lo posible para que él se entregue, evitando males mayores para el joven. Entraran sin que nadie les vea en el planetario. Jim, del que el joven Platón se fía hasta el extremo y al que considera el único amigo que ha tenido en su vida, le dejará su chaqueta, vacía el cargador de la pistola y consigue que su amigo salga a la calle. Platón, el cual se asusta de ver el despliegue policial, trata de escaparse de nuevo, pero es abatido por el disparo de uno de los agentes. 

 
 
Jim se lanza sal suelo, completamente abatido, y se abraza desconsolado a su padre, que junto a su madre, decidió ir a buscarle. Platón ha muerto. Su padre, que esta a su lado, le ofrece ayuda a su hijo, prometiéndole que será tan fuerte como él quiere que sea. Él por otra parte les presenta a Judy. En un gesto cariñoso, Jim le abrocha la chaqueta a su amigo. 


En esta película se retrató con notable acierto la decadencia moral de la juventud estadounidense (una juventud atormentada a la que nadie parecía comprender), criticar el estilo de vida de los progenitores y explorar la brecha generacional surgida sobre todo tras el final de la Segunda Guerra Mundial con una juventud perdida y unos padres que no sabían como actuar. Para ello contó con el mencionado James Dean, que moriría menos de un mes después del estreno, Natalie Wood y Sal Mineo. Los tres murieron demasiado pronto y en extrañas circunstancias; sin embargo, en esta película nos dejaron tres actuaciones para la eternidad. 

Ficha

Dirección
Nicholas Ray
Producción
David Weisbart
Guión
Stewart Stern
Irving Shulman
Obra: Robert M. Lindner
Música
Leonard Rosenman
Fotografía
Ernest Haller
Montaje
William H. Ziegler
James Moore
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1955
Género
Drama
Duración
111’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
James Dean
Jim Stark
Natalie Wood
Judy
Sal Mineo
John "Platón" Crawford
Jim Backus
Frank Stark
Ann Doran
Señora Stark
 Corey Allen
Buzz”  Gunderson
William Hopper
Padre de Judy
Rochelle Hudson
Madre de Judy

La carrera


Un rebelde

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