El caso de la bestia de Gévaudan

Entre los años 1764 y 1767 en la región de Gévaudan, en el sur de Francia, tuvieron lugar una serie de ataques que fueron asociados a ataques de un extraño animal del que se decía era una bestia feroz de grandes proporciones, la cual mató a una cantidad considerable de personas.

Desde un principio se dijo que podía ser un lobo, pero los supervivientes decían que diferia de este por su gran tamaño y si pelo rojizo, aparte de tener una gran cresta en el lomo. Muchos asociaban sus ataques a la intervención del mismo diablo, el cual controlaba a la bestia a su voluntad. Muchas oraciones tuvieron lugar durante aquellos aciagos momentos.

Durante los inviernos sus ataques eran frecuentes, encontrándose a las víctimas con el cuello destrozado. La bestia de Gévaudan propició la desconfianza de los vecinos de la zona, los cuales no se atrevían a salir solos, llegándose a creer que algún vecino controlaba al animal o que incluso podría tratarse de un hombre lobo.

Cabe decir que este suceso llegó a ser tan sumamente extraño que el propio Rey se enteró de tal bestia, algo que demuestra hasta que punto había llegado crítico había llegado el caso ocurrido en la remota región de Gévaudan. Se llegó a decir que la bestia era un castigo a la propia Francia por sus malas políticas.

Es por eso que desde la Corte se inició la caza de tal bestia, llegándose a decir que se daría una recompensa a aquel que capturara al animal. Tras varios intentos infructuosos, un cazador mataría a una bestia que, según las descripciones, podría tratarse del animal que había causado tanto dolor. Tras varios estudios se llegó a la conclusión de que era un lobo de los Alpes, una especie extraña a los ojos de los hombres, la cual por falta de alimentos se había visto obligada a atacar a los hombres. Nunca sabremos del todo si fue verdad que aquella fuera la temida bestia, puesto que su cuerpo embalsamado se perdió en un incendio. 

Lo cierto es que aparentemente no hubieron más muertes asociadas a la bestia, aunque algunos siguieron pensando que dichos ataques fueron producidos por un hombre lobo e incluso que algunas muertes eran provocadas directamente por manos humanas que se aprovecharon de los ataques iniciales para actuar impunemente ¡Quién sabe!