En plena Edad Media, durante el Siglo XIV, tras 4 Siglos de temperaturas bastante altas, tuvo lugar una bajada brusca de las temperaturas, que los científicos han dado en llamar como Pequeña Edad de Hielo. Lo cierto es que, aunque haya sido desmentido como un fenómeno global y que afectara a todos los lugares del planeta por igual, parece ser que las temperaturas bajaron hasta el punto de que en el hemisferio norte las temperaturas bajaron de media 1ºC, haciendo que los veranos no fueran especialmente cálidos y los inviernos demasiado fríos.
Los científicos nos han dado dos posibles causas del motivo por el que se produjo:
- La actividad solar: La actividad del sol reflejado en las manchas solares era extremadamente baja,habiendo años en el que no había ninguna. La casi nula actividad solar propiciaría la falta de calor y con ello unos veranos menos cálidos y unos inviernos más crudos.
- Gran actividad volcánica: Durante ese tiempo hubo una actividad volcánica elevada. De esta forma cuando un volcán entra en erupción, sus cenizas alcanzan la parte alta de la atmósfera, pudiéndose extender hasta cubrir el planeta tierra. Así estas las nubes de ceniza procedente de los volcanes, hace que no llegue la radiación solar, llevando a una disminución de la temperatura.
La denominada como Pequeña Edad de Hielo duró bastante y los científicos modernos le pondrían el nombre en contraposición a las glaciaciones ocurridas durante la prehistoria. Este periodo llevó a más lluvias, más inundaciones y nevadas que pudieron generar catástrofes de todo tipo, suponiendo un peligro para la vida humana.
Un auténtico cambio climático que nos llevó del terrible calor del periodo de los Siglos X al XIV a un tremendo frío, que los científicos han estimado desde el mencionado Siglo XIV hasta el Siglo XIX, poniendo como referencia el año 1850. Practicamente seis siglos en el que el mundo vivió el periodo más frío desde las glaciaciones.
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