jueves, 11 de febrero de 2016

Jóvenes... y "jóvenas"

Ha pasado mucho tiempo, pero la anécdota coge bastante más relevancia en la actualidad. Los que somos jóvenes no nos acordaremos, pero los que asistieron a aquel mitin seguro que lo recuerdan. Me estoy refiriendo a la entonces esposa de Felipe González y por aquel entonces diputada del PSOE por Cádiz cuando en pleno mitin dijo aquello de "jóvenes y jóvenas". Se generaron chistes de todo tipo por esta auténtica memez y es que lo llamativo es que una licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, así como profesora de instituto de Lengua y Literatura (¡ni más, ni menos!) hubiera caído bajo las redes de algo que en la actualidad es muy común y consiste en ideologizar el género y, por ende, el idioma. 


Digo que hoy en día es habitual porque se me revuelven las tripas cuando escucho como prostituyen un idioma tan rico con el español con el "ellos y ellas", "amigos y amigas" y un largo etcétera de frases hechas para hacer ver de cara a la sociedad española que ellos son los más feministas y defensores de la mujer, aún a costa de prostituir el lenguaje. Y el que se haya ideologizado el género y como tal la lengua tiene mucho que ver en que los círculos que más utilizan el "ellos y ellas" y sus variantes proceden desde la izquierda más moderada acabando en la más radical. 
Cabe resaltar que las palabras en plural, que tienen la misma raíz abarcan tanto a hombres como mujeres. Así en lugar de decir "ellos y ellas", "compañeros y compañeras", "amigos y amigas" se dice ellos, compañeros y amigos sin que ninguna mujer tenga porque sentirse ofendida, ni excluida, utilizando además con propiedad la lengua de Cervantes. Sin embargo, si podemos y debemos utilizar el masculino y femenino cuando las palabras no tienen la misma raiz, aunque esten en plural. Así, las formulas como Damas y Caballeros u Hombres y Mujeres son validas.
La gente cabal (y algo buenista) dirá que insultan el español no son más que unos ignorantes. En el caso de cierta Ministra cuyo nombre no quiero acordarme lo podría entender (acuerdense del famoso "miembras"), pero sinceramente la RAE ya podría censurar a aquellos que utilizan malamente el lenguaje por un motivo más bien ideológico o electoralista en lugar de utilizarlo con propiedad. Menos mal que la mayoría de los que componemos la sociedad no hemos caído en el absurdo de aquella Carmen Romero (y los que le siguieron).

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