Los clubes de fútbol (grandes, medianos o pequeños) se construyen gracias a hombres que lo dieron todo por el club de sus amores. No necesariamente participaron de su fundación como sociedad, pero sin estos hombres la historia de la entidades futbolísticas hubiera sido muy distinta. En Tenerife, conocemos a la perfección el estadio Heliodoro Rodríguez López, aunque me atrevería a decir que muy pocos conoces al hombre que le dio nombre a un estadio de fútbol donde se dieron importantes gestas del Tenerife, llegando a disputar la Copa de la UEFA hasta 2 veces.
Don Heliodoro Rodríguez López nacio en 1890, siendo el menor de 10 hermanos de una familia, cuyo cabeza de familia levantó uno de los emporios navieros más importantes de aquellos primeros años del Siglo XX. La saga de los Rodríguez López, bastante pudiente todo dicho sea de paso, esta ligada a los Fred Olsen, al jardin Tecina de la Gomera, a la sede de Radio Nacional de España... y al Club Deportivo Tenerife.
El menor de los Rodríguez López siempre sintió una afición bestial por ese deporte venido de Inglaterra y que llegaría a las islas gracias a los turistas y residentes anglosajones que instruían a los más jovenes en la técnica del balón redondo. Heliodoro llegó a debutar con el Sporting Club Tenerife a la edad de 14 años.
Stadium en la década de los 30 |
Sin embargo, su carrera no destacaría por sus actuaciones sobre la tierra (el césped no era tan habitual en aquellos años), sino en los despachos. Don Heliodoro llegó a ser Vicepresidente de la entidad tinerfeña presidida por don Pelayo López, aparte de llevar varios negocios familiares. Don Heliodoro se convirtió en un destacado miembro de la sociedad de su tiempo. Por otra parte, llegó a donar a la entidad replicas de trofeos que se habían quemado en un incendio.
No obstante, por encima de todo, algo obsesionaba a Rodríguez López y era renovar un Stadium, del que el equipo tinerfeño había perdido su titularidad y que el propio Rodríguez López recuperó gracias a sus buenas gestiones con el Cabildo de Tenerife. El año 1946 sería elegido Presidente y desde ese momento, en aquellos años de plomo para el equipo (sus intentos de llegar a categoría nacional eran infructuosos), ideó el proyecto de la remodelación del Estadio, del cual se encargaría el renombrado arquitecto granadillero Marrero Regalado. Cabe decir que el hijo de don Heliodoro Rodríguez López, Heliodoro Rodríguez González llego a ser Alcalde de Santa Cruz de Tenerife, así como Presidente del Cabildo de Tenerife (En Santa Cruz hay una calle dedicada a él).
Don Heliodoro (padre, claro) falleció sorpresivamente en 1950, dejando una honda huella en el equipo que presidia en aquel momento, así como la sociedad en su conjunto. Un año después se descubría un busto en su honor, cambiándose el nombre del estadio por el de Heliodoro Rodríguez López. Dos años después, el equipo ascendía a la tan ansiada categoría nacional contra el Orihuela (remontando en Tenerife). Creanme o no, pero estoy seguro que don Heliodoro, allá donde estuviera, celebró todos y cada uno de los goles que le dieron el ascenso al equipo de sus amores.
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