La política partidista consiste en creer que las ideas o el partido político al que perteneces en más importante que el propio país. Significa que desprecias todo aquello que no coincida con tu forma de pensar; todo aquello que no coincida con tus opiniones debe ser desterrado como tal.
La política partidista ha desangrado a España hasta el punto de que a esos 4 partidos de izquierda que se van a reunir la próxima semana seguramente lo que les une es su odio a la derecha encarnada en el PP. Así vemos como un señor que sólo ha sacado dos diputados se atreve a dar lecciones de Democracia; un señor por cierto que supuestamente es economista y se declara admirador de Lenin. El tal Garzón no ha viajado a países comunistas o de economía no sabe un pimiento. Claro que ser supuestamente comunista es muy fácil en un país como España... ¡Así que vete a Cuba o Venezuela!
El Secretario del PSOE y su denominado equipo negociador prefiere reunirse con la extrema izquierda con tal de sobrevivir porque legitimidad democratica tienen más bien poca cuando han conseguido los peores resultados de su historia (Rubalcaba era bueno visto lo visto) y han sido los cuartos en la capital de España (al menos superaron al mencionado Garzón) ¿Quién te ha dicho que todos tus votantes quieren que hables con el tipo de la coleta o Garzón?
El único que ha tenido sentido común por encima de las siglas es Ciudadanos, que ha antepuesto la voluntad de hablar con las fuerzas constitucionalistas, haciendo un acertado diagnostico del resultado electoral a diferencia de otros que hablan de "cambio" como esa entelequia para no irse a su casa y admitir que, a pesar del gran desgaste, el PP ha vuelto a ganar las elecciones, lo que le debería llevar a pensar a algunos cómo no han llegado ni a los 100 escaños.
Las políticas partidistas tienen y deben estar fuera de las políticas nacionales porque un partido e incluso las ideas están por debajo de la misma idea de España. Yo que tengo ideas de derechas no me considero mejor que uno de izquierdas y uno de izquierdas no debería considerarse mejor que uno de derechas. Ser de derechas no te convierte en un explotador, ni ser de izquierdas te convierte en un defensor de los ciudadanos y clases más humildes e incluso ser de una ideología u otra no tiene nada que ver en ser más o menos corrupto y dejar o no de actuar de forma nepotista y creó que hay suficientes casos para comprobar que ser de derechas o izquierdas no te hace mejor o peor persona. La diferencia es que algunos consideran que no se puede hablar con el oponente político porque en el fondo se considera con superioridad moral para ello y eso es algo que hemos visto desde la izquierda donde no se duda en tachar de extrema-derecha o neoliberal (la palabra favorita hoy en día) a todo aquel que sea de derechas o no piense como ellos.
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