lunes, 13 de julio de 2015

El asesinato de Canalejas... y la esperanza

No era un político cualquiera; al menos en la época que le toco vivir. Don José Canalejas Méndez era un demócrata convencido. Antiguo defensor de un sistema republicano, paso al partido de Sagasta, destacándose por ser un firme defensor de una palabra que, tras el desastre cubano (en el que el mismo intervino como voluntario), la desaparición de los príncipales lideres políticos y la constatación de la mediocridad de un país desfasado, estaba muy de moda; esa palabra era Regeneración. 


Cuando Canalejas llegó a ser elegido como Presidente del Consejo de Ministros su objetivo era acabar con un sistema caciquil estúpido (alcanzando una auténtica Democracia acabando con el fraude electoral), suprimir el impuesto de consumos, mejorar la legislación social y resolver definiticamente la cuestión catalana con un proyecto de Mancomunidad con la colaboración de Prat de la Riba.
Sin embargo, todo se fue al traste por culpa del anarquismo. Este sistema político, heredero del comunismo, no sólo defendía lo que propugnaba éste, sino que su misión era acabar con todo sistema, que mediante leyes garantizara la sostenibilidad del Estado. Ya habían hecho de las suyas con el asesinato de Cánovas y con el intento de regicidio en la boda de Alfonso XIII. Ahora le tocaba a Canalejas. 


La mañana del 12 de Noviembre de 1912, don José se alejo un poco de los policías que lo custodiaban para mirar el escaparate de la desaparecida librería San Martín en la Puerta del Sol, a escasos metros de la esquina con la calle de Carretas. La distracción de los vigilantes, así como la suya propia fue fatal. 
De la nada apareció un anarquista llamado Manuel Pardiñas, que le descerrajó un tiro en la cabeza. Uno de los agentes de policía que seguía al Presidente, se lanzó sobre Pardiñas quien, viéndose atrapado, se suicidó con su misma arma. 


El atentado supuso un auténtico shock para la sociedad española de aquellos años, que veía como su Presidente era asesinado vilmente por la espalda. En cuanto a los autores no sólo se acuso al anarquismo en si, sino a la masonería, así como a algunos les pareció y parece muy raro que precisamente esta muerte beneficiara a los que no querían que el país cambiase. 
Lo cierto es que el funeral por José Canalejas fue multitudinario y a ella asistieron las altas instancias del Estado, entre ellas Eduardo Dato, que unos años después sería Presidente, muriendo asesinado por otro anarquista. El caso es que un año después del asesinato de Canalejas, se realizó un cortometraje semidocumental sobre dicho suceso titulado "Asesinato y entierro de don José Canalejas" en la que al asesino lo interpreta un joven llamado Pepe Isbert. 


Este asesinato representaria algo más que un simple magnicidio, puesto que supuso el que España perdiera al Presidente que se había puesto como objetivo el acabar con tantos años de miseria social en España, intentado que de una vez por todas se alcanzara una auténtica Democracia. 

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