miércoles, 22 de julio de 2015

Clásicos Inmortales: Los Mejores Años de Nuestra Vida

Ustedes se han preguntado cuando ven el final de una película bélica o el de un conflicto en la vida real qué les pasa en la vuelta a su vida civil a esos hombres que han luchado por su país e incluso han sido galardonados por sus propios jefes. Pues con eso juega esta película que a modo de historias cruzadas nos relata el como unos hombres y sus familias tuvieron que adaptarse nuevamente a la vida urbana, tras años sin verse por culpa de un conflicto bélico, en este caso la Segunda Guerra Mundial. 


Tres hombres regresan juntos a casa después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Son Fred Derry (Dana Andrews), Homer Parrish (Harold Russell), y Al Stephenson (Fredric March). Los tres comparten su miedo y angustia por lo que han vivido y pueden vivir, tras haber estado alejados tanto tiempo fuera de casa. 


De los tres, el que más miedo tiene es Homer, ya que perdió sus dos manos trabajando en la marina, teniendo que utilizar dos ganchos en su lugar, que el mismo se quita y se pone como sí de unos tirantes se tratara. Su familia y su prometida Wilma (Cathy O'Donnell) saben lo del accidente, pero teme que cause un autentico shock cuando lo vean con aquellos ganchos, que, estando en el hospital, le enseñaron a utilizar. Por otra parte, Fred quiere hacer por primera vez vida de casado con la chica con la que se casó justo antes de ser reclutado y Al teme los cambios que se hayan producido en su familia hasta el punto de que confiesa estar más nervioso que antes del desembarco en Normandia. 

Tres hombres rumbo a lo desconocido

Ambos se trasladan en el mismo taxi, comprobando como es recibido el primero de ellos, Homer, con un fuerte abrazo por parte de todos y un gran recibimiento de su novia de lo cual, Al le comenta a Fred que a Homer le enseñaron a hacer de todo con esos ganchos, pero no a poder siquiera acariciar el pelo de su novia. 
El siguiente en llegar a su casa será Al, que vive en un suntuoso edificio, ya que trabaja en un banco, siendo un hombre de posibles. Al se muestra sorprendido por lo adulto que ya parecen sus hijos, Peggy (Teresa Wright) y Rob (Michael Hall), siendo recibido de forma efusiva por su esposa Milly (Myrna Loy). Sin embargo, algo parece ir mal en casa de los Stephenson ya que Al se siente extraño hasta hablando con su propio hijo. Años en la guerra le han pasado factura, pero sacando fuerzas de flaqueza le dice a su mujer e hija que quiere invitarlas a salir para tomar algo. 

Vuelta a casa

Por otra parte, Fred se entera por su padre de que su esposa trabaja en un club nocturno, aunque no sabe cuál es, por lo que decide salir a buscarla.  Por otra parte, a pesar de que sus familiares hacen todo lo posible para que se sienta bien, Homer no puede resistir el tener aquellos ganchos donde antes tenía manos y considera ser una rémora para todos los que le rodean, incluida su novia, la cual no puede hacer nada por calmar su animo. 
Es por eso que literalmente huye de su casa para ir al bar de su tio Butch (Hoagy Carmichael), que es un gran pianista. Allí se encontrara tanto con Al y su familia, así como con Fred (que no encuentra a su propia esposa), pudiendo hablar sobre su retorno a la vida civil.  


El tío Butch, tras saber lo ocurrido, le dice a su sobrino, que, siendo verdad que su familia y novia puedan sentirse raros al verlos (debido a la culpabilidad que puedan sentir por tener ellos manos y él no), tiene que darles tiempo para que se adapten y que, en todo caso, sea más paciente con ellos. Fred acabara pasando la noche en casa de los Stephenson, ya que esta demasiado borracho para buscar a su esposa. Cuando esta durmiendo, Fred tiene una pesadilla sobre un amigo muerto en combate y será Peggy, la cual ha empezado a cogerle cariño, quien le tranquilice. 


Fred acabara encontrando a su esposa Marie (Virginia Mayo), a la que le gusta aparentar, obligando a su propio marido a llevar su traje de militar al menos una vez más. Con la intención de recuperar su trabajo le dice que a Mary, que abandone sus labores en el club nocturno. Finalmente recupera su trabajo de vendedor, aunque no de la misma forma que antes de la guerra. Y es que la tienda en la que trabajaba fue vendida a un empresario y, ganando una miseria, trabajara para él nuevo dueño como vendedor, aunque su superior será el hombre que antes era su aprendiz. Una degradación en toda regla. 


A todos nos le va mal. Al sera ascendido en el banco, teniendo como misión tratar con los veteranos de la guerra, ya que conoce sus preocupaciones por haber luchado junto a ellos. Al cometerá el "error" de darle el dinero sin un aval a un hombre que ha luchado en la guerra para que éste se monte su granja. Al ve en aquel hombre un gran corazón; por eso lo hace. Sin embargo, es reprendido desde la dirección y él dice que no lo volverá a hacer. La forma de actuar de su banco le corroe las entrañas, por lo que no se calla en un banquete ofrecido por el banco, aunque su mujer consigue calmarle con gestos para que no diga algo de lo que se pueda arrepentir. 

Vuelta a la vida familiar

Por otra parte, Fred comprueba de primera mano lo materialista y superficial, que es su mujer, la cual lo desprecia por no conseguir un trabajo mejor con el que ella pueda ser mantenida. Una mujer tan distinta de Peggy, la hija de Al con la que se encuentra en la tienda, comen juntos y él le acabara diciendo que la ama con un beso. 


Fred y su mujer acabaran saliendo por la noche con Peggy y otro chico. La invitación ha sido de la propia Peggy, la cual quiere comprobar, sí lo que siente por Fred es algo pasajero o es Amor de verdad. El caso es que no sólo se acaba dando cuenta de forma definitiva que esta enamorada de Fred, sino de que ve como su esposa lo desprecia, ya que ella sólo busca el afán económico. 
Peggy le acabara diciendo a sus padres que esta enamorada de Fred y que hará todo lo posible por romper un matrimonio donde no hay Amor. Su padre rechaza tal idea, mientras su madre la compadece por estar enamorada de un hombre, cuyo matrimonio es un infierno. 


Las cosas irán muy mal para Fred. A la advertencia de Al de que se aleje de su hija, se une que es despedido de su trabajo, tras golpear a un hombre que forcejeaba con Homer, ya que dicho hombre le había dicho que esa guerra había sido organizada para que ellos fueran a matarse como unos completos imbéciles. 
Homer, que todavía no se ha adaptado a que sus familiares, lo vean con esos ganchos, recibe la visita de su novia por la noche, la cual le dice que su familia quiere que se vaya para que así pueda olvidarlo a él, puesto que no se decide a casarse con ella. Homer, para comprobar sí es cierto que ella esta enamorada de él, le enseña como se quita los ganchos por la noche para irse a dormir. Ella le dice que no le importa, puesto que le ama aún más si cabe. 


Fred acabaría siendo abandonado a su mujer y decidirá irse muy lejos de la ciudad para olvidar todo y en especial a Peggy de la que esta muy enamorado. Mientras espera, encuentra trabajo en un sitio inesperado. Mientras ve los aviones desguazados, consigue empleo de chatarrero debido a su buena disposición. 
Meses después, Homer y Wilma se casan, siendo Fred su padrino, acudiendo también los Stephenson. Allí se reencontraran el mencionado Fred y Peggy, los cuales se fundirán en un abrazo. A ella no le importa que Fred sólo tenga un empleo de chatarrero, ya que por fin ambos podrán estar juntos. 


Como peces fuera del agua. Así se sintieron muchos hombres que, tras haber luchado en la guerra, volvieron a su casa, comprobando que, a pesar de todo, la vida había continuado. Los estragos de la guerra tanto físicos como morales fuero muy profundos y es por eso que esta película, la cual fue una de las obras vigiladas durante la etapa de la caza de brujas del Senador Joseph McCarthy por un supuesto contenido subversivo, es una obra inmortal con unas actuaciones memorables (muy especialmente Myrna Loy y Teresa Wright con un Harold Russell, que era un auténtico mutilado de guerra), mostrandonos lo que significa la adaptación a la Paz y lo complicado que esto puede resultar a aquellos que fueron a la guerra, así como a sus familias.

Ficha

Dirección
William Wyler
Producción
Samuel Goldwyn
Guión
Robert E. Sherwood
Obra: MacKinlay Kantor
Música
Hugo Friedhofer
Fotografía
Gregg Toland
Montaje
Daniel Mandell
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1946
Género
Drama
Duración
172’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Myrna Loy
Milly Stephenson
Fredric March
Al Stephenson
Dana Andrews
Captain Fred Derry
Teresa Wright  
Peggy Stephenson
Virginia Mayo  
Marie Derry
Cathy O'Donnell
Wilma Cameron
Hoagy Carmichae
Tío Butch
Harold Russell  
Homer Parrish
Gladys George
Hortense Derry
Roman Bohnen
Pat Derry
Ray Collins
Señor Milton
Minna Gombell
Señora Parrish
Walter Baldwin
Señor Parrish
Steve Cochran
Cliff
Dorothy Adams  
Señora Cameron
Don Beddoe  
Señor Cameron
Marlene Aames  
Luella Parrish
Michael Hall
Rob Stephenson
 
Premios
Oscar

Categoría
Persona
Oscar a la Mejor Película
-
Oscar al Mejor Director
William Wyler
Oscar al Mejor Actor
Fredrich March
Oscar al Mejor Actor de reparto
Harold Russell
Oscar al Mejor Guión
Robert E. Sherwood
Oscar al Mejor Montaje
Daniel Mandell
Oscar a la Mejor Banda Sonora (Drama o comedia)
Hugo Friedhofer
  
Globos de Oro 

Categoría
Persona
Globo de Oro a la Mejor Película (Drama)
-
 
BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA a la Mejor Película
-

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