miércoles, 10 de octubre de 2018

Las Hadas

Estos fabulosos seres han despertado la curiosidad de aquellos que quieren saber más sobre ellos y sin embargo se esconden a nuestros ojos como si se avergonzaran; como si temieran que algún desaprensivo les dijera algo malo. Me refiero a unas criaturitas fantásticas: las Hadas. 


La tradición nos dice que las Hadas, las cuales serían mujeres hermosas con alas de mariposa, son protectoras de la naturaleza, viviendo en los bosques y en los ríos. Ya en la antigua Grecia estaban los hados en la que unos podían ser hombres y otros mujeres. 


Sin embargo, las grandes tradiciones las tenemos en el medievo, en el mundo celta o incluso en la mitología nórdica donde en todos ellos son seres de luz, protectores de los bosques y en algunos casos (como la Dama del Lago con Lanzarote) de los hombres. 
No voy a hablar con detalle pormenorizado del tipo de hadas existentes, pero entre muchas otras están las Náyades, las cuales están en los ríos, las nereidas, ninfas del Mar Mediterráneo, hijas de Nereo, las Sílfides, hadas de los vientos e incluso los vascos tienen sus propias hadas representadas en las Lamías de grandes cabellos. 

Baile de las Hadas

A destacar son aquellas hadas (sobre todo provenientes del mundo medieval) que quieren unirse a un hombre a cambio de una promesa. Destacable es el caso de Melusina (de hecho esta situación lleva su nombre: Hada Melusiniana) o la madre de ésta, Presina, la cual le hizo prometer a su marido, el cual era un Rey, que nunca podría verla cuando pariese o criase a sus hijos, algo que él incumplió. Así Presina y sus hijas desaparecieron para siempre de su vida, yendo a la isla de Avalón. 


Muchos dicen haber visto alguna de estás criaturas, muchas pequeñas; otras de estatura parecida a un ser humano, pero parecen  esconderse y algunos han creído ver alguna de estás Hadas en fotos en blanco y negro. El mismísimo Arthur Conan Doyle (y muchos) fueron engañado con una foto de unas niñas jugando con supuestas Hadas, que en realidad eran figuras de papel en forma de hadas (que en el imaginario colectivo quedaron como las Hadas de Cottingley). Puede que fuera la necesidad de creer en estos maravillosos seres lo que hizo que muchos creyeran en estás fotos.

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