Hijo de un ingeniero ruso y una "gitana pura" (según sus propias palabras), Yuliy Borisovich Bryner nació en una época difícil para su propio país, enfrascado en gran cantidad de conflictos internos, tras la revolución que depuso al Zar. Pero eso no fue lo único: su padre abandonó a su familia (por una actriz) y su madre se trasladó con sus hijos a China, pero tras el estallido de la guerra entre chinos y japoneses, se trasladaron a París. Eso es una muestra de que los primeros años de la vida del que pasaría a la historia del cine como Yul Brynner no fueron faciles.
Tras hacer pequeños espectáculos en París, se trasladó con su familia a los Estados Unidos sin saber nada de inglés y con su pobre madre enferma de leucemia. Estudiaria interpretación y su primer salto a la fama fue con su representación teatral de "El Rey y Yo" (la cual dicen que representó 4.626 veces en toda su vida). Años después sería llevada a la pantalla grande coprotagonizandola con Deborah Kerr, ganando un Óscar.
Su aire exótico (incluso enigmático) con esa cabeza rapada, le hizo actuar en diferentes papeles muy variados que podían ser de egipcio, de mongol, ruso y orientales en general, una cultura que conocía muy bien de sus años en China.
Yul Brynner e Ingrid Bergman |
La primera película que vi de él fue "Los Diez Mandamientos" haciendo de ese traidorzuelo (que no era otra cosa que la interpretación de un dictador que niega al pueblo su Libertad) de Ramsés en una obra con impresionantes efectos especiales y con una pléyade de actores incomparable.
Rodando "Los Diez Mandamientos" |
Entre sus actuaciones destacadas podemos destacar cintas que en cierta medida nos acercan a su propio país como "Anastasia" (por la que Ingrid Bergman recibió el Oscar) o "Los Hermanos Karamazov", Los Siete Magníficos (una de las mejores), Adiós Sabata o "Salomón y la Reina de Saba" para la que fue elegido para interpretar al Rey después del fallecimiento inesperado de Tyronne Power; obra para la cual se dejo crecer el pelo (cosa llamativa).
Hubo algo que acabó con él y fue el tristemente celebre tabaco que hizo que padeciese un cáncer de pulmón que lo acabó lastrando hasta fallecer en 1985. Mientras desarrolló otras aficiones como la fotografía y la música, pero nunca sin olvidar su gran capacidad interpretativa que lo llevó a ser uno de los más grandes de Hollywood. Un ruso en la Meca del cine.
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