sábado, 10 de junio de 2017

Amancio Ortega o si la envidia fuera tiña...

¡Cuántos tiñosos habría! al menos en España. Leo que algunos sanitarios aragoneses que dicen defender la sanidad publica (aunque por no defender, no defienden ni a sus pacientes) que no quieren la donación de Amancio Ortega. De repente, salió una caverna enfurecida y que unicamente se alimenta del odio a decir barbaridades sobre Ortega que todos ya conocemos, pero teniendo en cuenta que las que las pronuncias son tan cobardes que no ponen una foto suya en el Twitter y utilizan fuentes tan "plurales" como Público o  Ignacio Escolar "El chico" era de esperar.


Dicen los de el tipo de la coleta que lo de Ortega son "Limosna propia de ricos". Estos sinvergüenzas y sus acolitos son unos envidiosos; se los come la rabia de no ya sólo de querer tener el dinero de Amancio Ortega, sino de ser la mitad de altruista que lo es él. Siempre podrán hacer autodonaciones a la Tuerka con dinero recibido de regímenes poco claros. 
Un hombre hecho a si mismo como Amancio Ortega es admirado en otros países, excepto en el suyo. El problema no es que haya ricos, sino gente sumida en la pobreza no por culpa del capitalismo (o el neoliberalismo diría alguna ameba), sino de un sistema donde se premia al vago y se desprecia al que se esfuerza. Al final es verdad que a algunos les gustan tanto los pobres que los multiplican.
Y volviendo a estos sanitarios. En el fondo a estos individuos les importa bien poco sus pacientes porque representan a esos que se jactan de pronunciar la palabra dignidad, pero quieren hacer de España un país lleno de miseria, un país de fracasados con una sanidad deficiente y una educación que suspende en todos los informes PISA. ¡Ojalá hubieran menos Pablos Iglesias y hubieran más Amancios Ortegas!

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