lunes, 10 de abril de 2017

La guerra según Roberto Rossellini

"No es difícil morir bien, lo difícil es vivir bien"
Don Pietro, Roma, Ciudad Abierta

En unos aciagos años, en plena Segunda Guerra Mundial, un hombre trabaja en el guión de una producción que hará historia. En Italia cuando todavía Roma estaba ocupada por los nazis, Roberto Rossellini trabajaba para el guión de "Roma, Ciudad Abierta", una obra que inauguraría un ciclo de películas de la guerra del cineasta y, lo más importante, todo un movimiento cinematográfico: El Neorrealismo italiano, término que llamativamente el propio Rossellini rechazaba, ya que la palabra Neo implica nuevo y él mismo argumentaba que esa realidad existía y ha existido siempre. Él supo llevarnos a la gran pantalla los horrores de la guerra.


La trilogía de la guerra (o trilogía neorrealista) se enmarca dentro de un contexto de destrucción total por culpa del conflicto y una Europa, cuyas estructuras no sólo físicas, sino morales, han sido destruidas. Rossellini supo recoger el horror en: 
  • Roma, Ciudad Abierta (1945): Donde se nos presentan la dura vida en una ciudad ocupada, donde las delaciones eran constantes, haciéndose hincapié en la resistencia. La protagonista era una no tan conocida Anna Magnani, una de las mejores interpretes no sólo del cine italiano, sino mundial, siendo además la primera actriz de origen latino en conseguir un Oscar a la Mejor Actriz. 


  • Paisà (Camarada, 1946): Obra de carácter más documental, donde se nos muestra la dura vida en el frente durante el avance de las tropas aliadas en el frente. 


  • Alemania Año Cero (1948): Donde se nos muestran los estragos de la guerra, pero no en Italia (lo cual parecería lógico), sino en la derrotada Alemania en los ojos de un niño, lo cual hace que ya de por si sea una situación trágica y escalofriante. 

Rossellini hizo algo increíble: Revolucionar el séptimo arte desde la nada. Con actores desconocidos o debutantes, pulverizo de un plumazo todas las convenciones narrativas para contarnos historias en el que los protagonistas no eran los actores, sino la tragedia.


Esta trilogía nació de las cenizas producidas por la terrible guerra, convirtiéndose en paradigma del cine comprometido del que haría gala el Neorrealismo con una fortaleza inmensa, que le hizo ganarse ser uno de los movimientos que más han influido en la historia. Con estas obras, el gran Roberto Rossellini alcanzó la gloria y cambio el cine para siempre.

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