jueves, 6 de abril de 2017

La UFA o el buen cine alemán

En plena Gran Guerra (la que posteriormente se conocería como Primera Guerra Mundial), se creó en Alemania la Universum Film AG, a la que popularmente se conoció por su acrónimo UFA, que fueron unos estudios cinematográficos (cuya oficina central se hallaría en Potsdam) que tendrían en un principio el objetivo de contrarrestar la mala imagen que daban diversas producciones del momento sobre Alemania (generalmente eran de los Estados Unidos que acababa de entrar en la guerra). Así, la UFA surgio como un método propagandistico en plena guerra a la hora de dar una visión del país más embellecedora tal y como lo exigían las autoridades.  

 
Ya anteriormente habían habido otros estudios tales como en 1916 la DEULING (Deutsche Lichtspiel-Gessellschaft; Sociedad de Cines Alemanes en alemán), para hacer películas documentales y en 1917, la BUFA (Bild und Filmamt; Oficina la imagen y el cine en alemán), creada para mostrar producciones en salas de proyección en los frentes de batalla, disolviéndose en 1918. Sin embargo, tras la guerra, Alemania (la gran derrotada) ocuparía otro lugar en el mundo, se establecería la República de Weimar y con ella tendría lugar la expansión de una corriente artística que consolidada en la pintura y el arte (expresionismo), llegaría al cine bajó el nombre de cine expresionista alemán.
Los estudios de la UFA compitieron directamente con el incipiente Hollywood con producciones realmente innovadoras, siendo una de las primeras "El Gabinete del Doctor Caligari", la primera obra reconocida perteneciente al expresionismo con una estética bien marcada de decorados excentricos y tortuosos, aparte de un juego de luces y sombras que serían ejemplo del mejor cine alemán.
En el año 1921, la UFA fue privatizada, empezando de esa manera un liderazgo en la industria con la producción de más de 600 películas al año (algunas desgraciadamente perdidas; otras afortunadamente no) y una cifra enorme de espectadores diarios (un millón aproximadamente). 



Entre las producciones contamos especialmente obras de los grandes F. W. Murnau y el mencionado Fritz Lang, que de una forma y otra pusieron de relieve que el cine era algo más que una forma de contar historias, sino todo un arte. La creatividad no sólo de cineastas, sino de actores, productores, guionistas y directores artísticos posibilitó que la UFA fuera el mejor ejemplo de que el cine era una industria que podía ser no sólo muy poderosa, sino que ayudara a plantear los problemas de la sociedad. Los cineastas más destacados de la UFA fueron los mencionados Murnau y  Arnold Fanck, Johannes Guter, Douglas Sirk, Robert Wiene y muchos otros, algunos de los cuales acabaron en Hollywood.  

El expresionismo como arte

Desde los Estados Unidos quedaron tan impresionados con las técnicas expresionistas, así como los increíbles manejos de la cámara (acuerdense de "El Último" protagonizada por Emil Jannings) que contrataron a un grande como Murnau para dirigir la que sería una de las mejores películas de la historia del cine mudo y del séptimo arte en general: "Amanecer: Una canción de Dos Seres Humanos" (me ciño al título original en inglés).  

Murnau era muy grande

Sin embargo, el estudio tuvo un grave problema y su nombre fue "Metrópolis". Extraordinaria película (es patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO), la gran epopeya dirigida por Fritz Lang y guionizada por su esposa Thea von Harbou, supuso la ruina financiera de la que nunca se recuperó del todo y para colmo la victoria de los nazis en los años 30 terminó por hundirla. Antes de eso rodarían una gran obra "El Ángel Azul", película protagonizada por Marlene Dietrich y Emil Jannings, el cual había vuelto de su corto periplo estadounidense (siendo el primero en recibir el Oscar al Mejor Actor, por cierto, gracias a su fenomenal actuación en "La Última Orden", coincidiendo con un joven William Powell, todavía en el cine mudo). 

Fritz Lang en pleno rodaje

Así, la UFA volvió a su principio con cintas propagandisticas, que en este caso ensalzaban a los nazis (el Ministro de propaganda era un ser tan abyecto como Joseph Goebbels) y despreciaban a sus enemigos, destacando cintas "poco edificantes" contra los judios. 
Muchos cineastas, actores, fotografos y guionistas escaparon de la falta de libertad creativa, yendo a parar en muchos casos a los Estados Unidos y, por lo tanto, a Hollywood. Grandes cineastas como Fritz Lang relanzarian su carrera y aprovecharían gran parte de sus técnicas provenientes del expresionismo (corrupción social, claroscuros,... ) para imprimir una cierta garra a la industria en lo que todos conocemos como cine negro. Tras la Segunda Guerra Mundial nada volvería a ser igual. 


Cabe decir que los derechos de la producción de las antiguas películas están en poder de los herederos de Murnau, los cuales son los encargados de la conservación, almacenamiento y restauración del material. Gracias a ellos, se pudieron conseguir y restaurar todo el material de "Metrópolis", que pasó de ser el gran desastre financiero de la UFA a ser una de sus más impresionantes producciones para la época en que fue rodada. El cine alemán, europeo y mundial le deben mucho a estos estudio: El cine como arte para contar historias. 

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