sábado, 28 de noviembre de 2015

Sobre el machismo, la misoginia y otras yerbas

Estoy seguro que más de una vez han oído a algún político de determinado sector ideológico llamar misógino o tachar de misoginia a alguien o algo. Sin embargo, esta palabra, que parece haberse hecho popular en sectores de nuestra política, es mal utilizada por el evidente motivo de que no se sabe lo que significa. Mi intención es poner luz sobre ésto y algunos conceptos relacionados, pero no idénticos. 


El machismo es la idea de que el hombre tiene que estar siempre por encima de la mujer en todos los aspectos de la sociedad: tradicional, laboral, económico, etc. Sin embargo, un machista puede estar casado e incluso tener hijos. El diccionario de la RAE lo define como "actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres" y es verdad. Un machista considera que una mujer es incapaz de realizar una tarea idéntica a ellos, por lo que ellas estan, según esta visión, en un estrato más bajo de la sociedad. La lacra de la violencia contra las mujeres deriva de esta idea. La tradición ha puesto a las religiones monoteístas como machistas, aunque en su origen no fueron así. 


Por contra, un misogino va mucho más allá que todo eso. Un misógino desprecia; odia a la mujer. Es incapaz de relacionarse con ninguna porque no quiere tener trato absoluto con ellas. Es tal su odio a las mujeres que desprecian toda institución en la que pueda ver alguna, incluyendo a la familia. Así, es absurdo tachar de misógino a alguien que esta casado como hemos visto en más de una ocasión por parte de algunos profesionales de la política. Algunos grandes pensadores como Immanuel Kant fueron reconocidos misóginos y otros son considerados como tal como es el caso de Schopenhauer, Nietzsche y Hegel. 

El gran pensador Immanuel Kant

Después estaría el feminismo que consiste en la defensa de los derechos de la mujer que corresponden a la igualdad de trato, salario, derecho a voto, etc. Este término, en mi opinión, ha sido pervertido por un feminismo político, que considera que la mujer es tan incapaz que tiene que haber un cupo de mujeres en consejos de administración de empresas privadas (¡Cómo sí una mujer capaz no pudiera hacerlo por sus propios medios!). 

Con Emmeline Pankhurst comenzó el sufragismo

Desgraciadamente, las ideologías se han aprovechado del feminismo más puro (del verdadero, aquel que busca la igualdad hombre-mujer) para pervertirlo en su conquista del voto fácil en temas no necesariamente de derechos, sino sexuales o tachando como machista o misógino a todo aquello con lo que no se este de acuerdo o se considere que agrede a la mujer (siempre desde un punto de vista más ideologizado). 
Ahí es donde entraria el hembrismo, término rechazado por algunos sectores feministas de corte radical, pero que es admitido como tal, correspondiendo a un movimiento que busca la supremacía de la mujer relegando al hombre. Podríamos decir que el hembrismo es el equivalente del machismo hasta el punto de despreciar al feminismo al que consideran como una remora para conseguir sus objetivos. Algunos consideran al hembrismo como lo que hoy en día se llama ideología de género. El término también se utilizaría para referirse a la misandría (odio a los hombres). Por otro lado, la misantropía es una palabra que es utilizada para referirse al odio a la raza humana. 


Espero que estas definiciones les hayan dado cierta luz sobre lo que es o no es determinada palabra, aparte de mostrarnos de que hay mucho ignorante metido a político, dispuesto a pervertir un término concreto para obtener un puñado de votos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario