Mucho se esta hablando de la reunión que han mantenido los Presidentes vasco y catalán. Dos Presidentes que dirigen unas regiones bajo el amparo no de la ley, sino de lo que ellos imponen, que es su propio radicalismo antiespañol y que, fruto de todo ésto, han llevado a vascos y catalanes a la pobreza más absoluta.
Unos señores que critican al Gobierno de España por una supuesta recentralización. A lo mejor, resulta que los anteriores Gobiernos se equivocaron cuando les dieron la sanidad y, sobre todo, la educación, con la que han creado un nido de indepententistas, que viven como en otros tiempos: con un odio inmenso a todo lo que huela a España.
Así se prohibieron los toros (del toro embolado no dicen nada) y la bandera constitucional española no aparece en los Ayuntamientos gobernados por esa casta miserable y odiosa que forma el nacionalismo y que tanto horror y destrucción física e intelectual ha llevado no sólo a España, sino al mundo.
Esos señores que se reunieron ayer, juraron cumplir la ley y, sin embargo, les importa bien poco la Constitución a la que apelan cuando el Gobierno central proyecta alguna ley que, según ellos, le quita competencias. Esos señores que se reunieron ayer son unos traidores. En un país que aun se valorara la Patria y el ser español, esos señores estarían siendo juzgados. Y no es sólo cuestión de Patriotismo, sino de Democracia, puesto que esos que según algunos deben ser respetados a pesar de sus ideas, se quieren saltar la Constitución y quitarle al pueblo español lo más importante de todos y cada uno de los artículos que conforman la carta magna: la Soberanía Nacional y la indisolubilidad de la Nación Española. En Democracia no todo vale.
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