viernes, 10 de octubre de 2014

Wilder y su pasión por el cine

Una de las películas, que más hondo calaron en el joven Samuel fue "El Acorazado Potemkin" de Sergéi Eisenstein. Los encuadres de cámara, así como la actuación de los intepretes hizo que el que pasaría a la posteridad como Billy Wilder, se enamorara del cine. Hay que decir que Wilder era de origen austrohúngaro, aunque su carrera tanto como guionista como director la realizó en los Estados Unidos. Sin embargo, antes de todo eso, entro a trabajar en la UFA, la más importante productora de cine alemán, donde conoció a los grandes directores del momento. 


La llegada de Wilder a los Estados Unidos fue fortuita y es que el ascenso nazi hizo que abandonara Alemania, recalando en París para ir a América. Su ascendencia judía fue el principal motivo para tan largo viaje. Su madre no tuvo tanta suerte y no pudo viajar con su hijo. De hecho acabaría muriendo en el campo de concentración de Auschwitz.
Su primer trabajo le llegaría como guionista para la Paramount, colaborando con uno de los grandes cineastas del momento, el director Ernst Lubitsch obras como "La Octava Mujer de Barba Azul (con Claudette Colbert y Cary Cooper siempre extraordinarios) y Ninotchka, cuyo eslogan era como poco curioso: Garbo ríe. Wilder sentía una admiración muy grande hacía Lubitsch hasta el punto de que cuando fue su funeral junto a William Wyler, otro de sus grandes amigos y excelente cineasta, les oyeron comentar: "Nos hemos quedado sin Lubitsch". "Peor aún, nos hemos quedado sin las películas de Lubitsch".

En el set de "Perdición"

Sin embargo, Wilder comenzaría a volar solo ya como director y ocasional guionista. En los años 40 fue uno de los muchos cineastas que se vieron literalmente enganchados al género de moda, el cine negro. Así nacieron películas como "Perdición" (con actuación memorable de Barbara Stanwyck y Fred Macmurray,  quien años después trabajaría en "El Apartamento") o "El Crepúsculo de los Dioses" con Gloria Swanson, William Holden y su compatriota Erich Von Stroheim, que fue director de "Avaricia", también una obra preferida de Wilder. 


El drama, en menor medida, también estuvo presente con obras como "El Gran Carnaval" donde se deja patente la hipocresía moral de la sociedad, incapaz de salvar a un hombre, sacando beneficios momentarios de la desgracia.  Tampoco podemos olvidar obras como "Berlin Occidente" (contando con Marlene Dietrich ya antes de la fenomenal adaptación de la novela de Agatha Christie "Testigo de Cargo", protagonizada también por Charles Laughton y Tyronne Power) o aquella tragedia del escritor alcohólico con el rostro de Ray Milland (que le hizo merecedor del Oscar) en "Días sin Huella"
 
Con Marilyn Monroe

Sin embargo, la comedia con cierta crítica o parodia también estuvo muy presente en la filmografía de Wilder. A recordar "Sabrina" (con una extraordinaria Audrey Hepburn en la comedia romántica imposible con Humphrey Bogart y William Holden), "Con Faldas y a lo Loco" (una visión cómica de las antiguas películas de gangsters), "Uno, Dos, Tres" (ambientada en el Berlín de la guerra fría), "Irma la Dulce" o "El Apartamento" (mezclando comedia con drama), siendo sus protagonistas en estas dos últimas Shirley McLaine y Jack Lemmon, que fue uno de los actores preferidos de Wilder. Una película que no llegó a ser exitosa, pero que ha sido reevaluada como una de sus más destacadas: "La Vida Privada de Sherlock Holmes".

Lemmon y Wilder cara a car

Como podemos ver, Wilder paso del cine negro a la comedia, llegando al drama. Se estableció de forma trágica, como ya les comenté, y, sin embargo, se convirtió en uno de los grandes cineastas de la época dorada de Hollywood.


A continuación, les pongo una lista de las que, en mi opinión, son sus mejores películas.

Sus mejores películas
1. El Crepúsculo de los Dioses


2. Perdición


3. Testigo de Cargo


4. El Gran Carnaval


5. El Apartamento


6. Sabrina


7. Con Faldas y a lo Loco


8. Uno, Dos, Tres


9. Irma la Dulce


10. Días sin Huella 
 

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