Esta es una de las películas más personales de D. W. Griffith, muy alejada de las grandilocuentes y magníficas epopeyas históricas de sus comienzos como "El Nacimiento de una Nación" o "Intolerancia". Por otra parte, sigue demostrando al espectador su capacidad a la hora de enlazar historias con el objetivo de lanzar un mensaje con cierta reprimenda a las maldades de la sociedad. La película también es denominada como "La Culpa Ajena" y "El Hombre Amarillo y la Chica".
En un puerto de China, Chen Huan (Richard Barthelmess) pretende viajar hasta occidente. Su deseo es llevar su mensaje de Paz a los bárbaros anglosajones. Durante su espera en el puerto comprueba que un grupo de marineros americanos desoye sus consejos de armonía y se pelean entre ellos. Malos augurios para el viaje.
Pasan los años y el joven chino ha podido comprobar que nada es como esperaba, debiendo ganarse la vida como un tendero más en el barrio de Limehaus en Londres entre chinos, malayos y birmanos que juegan, van con mujeres y fuman opio para olvidar una vida desgraciada.
En el mismo barrio vive Lucy Burrows (Lillian Gish), a la que unos quince años atrás su madre la abandono para que Battling Burrows (Donald Crisp) la cuidara, muy a pesar de éste. Battling es un boxeador borracho y mujeriego, que tiene cierto éxito en su trabajo, aunque cuando no le salen las cosas, paga todas sus frustraciones con la pobre Lucy, que tiene que soportar su maltrato tanto físico como psicológico. Chen la ve pasear y se siente atraído por la muchacha a la que siempre ve vagando triste por la calle.
Pasan los años y el joven chino ha podido comprobar que nada es como esperaba, debiendo ganarse la vida como un tendero más en el barrio de Limehaus en Londres entre chinos, malayos y birmanos que juegan, van con mujeres y fuman opio para olvidar una vida desgraciada.
Un día en que la joven quema a Battling accidentalmente la mano con la comida le da una tremenda paliza. Tras largarse el boxeador, la muchacha, muy malherida, sale de su casa sin poder coordinar sus movimientos por el dolor entrando casualmente en la tienda de Chen, cayendo al suelo desmayada.
La joven desmayada |
Cuando el joven chino regresa, todavía bajo el influjo del opio, no repara en la presencia de la joven, aunque cuando finalmente la ve le cura las heridas, le da una bata de seda y toca para ella con su flauta la canción del Lirio Blanco, haciendo que por primera vez en su vida Lucy se siente querida. Es de notar la alegría del joven chino por ver a la joven Lucy sonreír.
Pero la alegria no dura siempre y más en casa del pobre. Un amigo de Burrows la descubre al ir a comprar a la tienda de Chen y acude a contárselo a éste. El borracho boxeador se siente indignado y se muestra dispuesto a restablecer su honor, al no considerar que un chino esté a la altura de un británico. Tras ganar un duro combate de boxeo, se dirige a la tienda de Chen en el momento en que éste no se encuentra y lo destroza todo, llevándose a su hija con él.
Cuando el joven chino regresa, observa lo ocurrido y llora amargamente. Chen se dirigirá, tras coger una pistola, a casa de Burrows. Allí Lucy trata de librarse de la paliza de su padre escondiéndose en un armario tratando de explicarle que no ha ocurrido nada, aunque él no quiere escucharla y tras sacarla de dicho armario la agrede forma tan brutal, que la joven acaba muriendo.
Cuando Chen llega a la casa y descubre a la muchacha muerta, se enfrentará a Battling, que trata de acabar con él con un hacha, pero el chino dispara su arma, que llevaba previamente escondida, acabando con el asesino.
Finalmente se lleva a Lucy a su casa, en el cuarto donde la tuvo literalmente como una Reina, mientras los amigos del boxeador fallecido, tras descubrír el cadáver, van a la policía. Sin embargo, al joven chino no le preocupa nada de lo que este pasando afuera de su tienda. Allí, recordando sus años en China cuando era un buen hombre con deseos de hacer el bien e ilusiones para hacer ver a la sociedad de que se podía llegar a una Paz infinita, acaricia por última vez a su amada Lucy, su Lirio Blanco, y ante ella se clava un cuchillo.
Cuando el joven chino regresa, observa lo ocurrido y llora amargamente. Chen se dirigirá, tras coger una pistola, a casa de Burrows. Allí Lucy trata de librarse de la paliza de su padre escondiéndose en un armario tratando de explicarle que no ha ocurrido nada, aunque él no quiere escucharla y tras sacarla de dicho armario la agrede forma tan brutal, que la joven acaba muriendo.
Lucy se esconde en el armario |
Una película triste y bastante sombría, aunque en el espectador hace que nos demos cuenta de que una sociedad tan brutal y deprimente es imposible de que conviva en Paz, siendo un mensaje bastante desesperanzador, ya que un hombre bueno como Chen tuvo que recurrir a la violencia para defenderse y por el odio que le movía el asesinato de la joven. A destacar el gran amor que siente el chino para la joven, algo que expresa que todas y cada una de las personas podemos vivir en armonía independientemente de su procedencia. En definitiva una gran película, destacando por el ambiente claustrofobico del barrio, algo que difiere mucho de las otras películas de Griffith, que eran en campo abierto, y grandes intepretaciones especialmente la de Lillian Gish, la prima donna del director.
Ficha
Dirección
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D.W. Griffith
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Producción
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D.W. Griffith
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Guión
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D.W. Griffith
Obra: Thomas Burke
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Música
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D.W. Griffith
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Fotografía
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G.W. Bitzer
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Otros datos
País
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Estados Unidos
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Año
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1919
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Género
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Drama
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Duración
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90’
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Protagonistas
Actor
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Personaje
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Lillian Gish
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Lucy Burrows
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Richard Barthelmess
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Chen Huan
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Donald Crisp
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Battling Burrows
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Lucy en el armario
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