martes, 4 de noviembre de 2014

Cuando Miguel Ángel nos mostró a Dios

Miguel Ángel era esencialmente un escultor. Aunque es verdad que hizo grandisimas pinturas, su capacidad a la hora de crear cuerpos a partir del mármol le granjeo gran fama por toda la Península Itálica. La Piedad o el David son ejemplos de la capacidad artística de un Miguel Ángel, que alcanzó literalmente la perfección. 


En 1508 le llegaría su oportunidad de también reivindicarse como pintor. El Papa guerrero Julio II le encargo pintar los decorar la bóveda de la Capilla Sixtina llamada así porque fue restaurada en época del Papa Sixto IV. 
El gran Miguel Ángel se puso a trabajar. Es de destacar su capacidad a la hora de pintar (al igual que esculpir) el cuerpo del hombre, algo que demostraría tiempo después cuando le fue encargado el Juicio Final en la misma Capilla. 

El David de Miguel Ángel

Miguel Ángel se encontró con muchos problemas: a la presión del Papa para que acabase, se le unió su propio rechazo a que otros pintores le ayudasen. El pintor parecía querer pasar a la posteridad y ésto, unido a su ingente cantidad de trabajo, le hizo perder la salud. Por otra parte, muchos Cardenales y gente de Iglesia critico al propio Miguel Ángel por mostrar los cuerpos desnudos en un recinto sagrado. El propio pintor alego que el cuerpo completo (lo que incluía la desnudez del mismo) en toda su esencia es templo de Dios. Es destacable dentro la creación y caída del hombre fruto del Pecado, así como la inclusión de diferentes personajes de la Biblia como los Patriarcas, los Reyes o los Profetas. Siendo importante la capacidad pictórica de Miguel Ángel, no podemos olvidarnos de la primera y más central de todas las pinturas contenidas en la bóveda: la creación del hombre.


Magnífica en su conjunción, mostrándonos a un Dios creador que parece querer acercarse al hombre y un Adán, que con su mano extendida parece mostrar necesidad de Dios ¿No les resulta familiar la posición de Dios, así como la del manto en la que se encuentran varios ángeles? 

La maravilla de la creación

La posición de Dios y la de su manto tienen la forma de un cerebro y es que en época de Miguel Ángel, donde se buscaba explicación a todo, se pensaba que la razón y el pensamiento (provenientes del cerebro), venían de Dios. Miguel Ángel nos mostraba a Dios no sólo como creador, sino como causa de nuestro propio ser. Miguel Ángel mostraba la creación con una fuerza y misterio, que sólo un grande del Renacimiento sabía realizar. Miguel Ángel nos había mostrado a Dios.

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