Sí hay alguien con quien me quito el sombrero es con el actor de cine mudo. Siempre que veo una obra del cine primigenio es volver a empezar y darse cuenta de los grandes que eran unos interpretes que sólo se valían de su capacidad gestual para mostrar sus sentimientos.
Una de las grandes; quizá la primera gran actriz del cine estadounidense fue Lillian Diana de Giche, que paso a la posteridad como Lillian Gish. Y el cineasta que le dio la gran oportunidad fue ni más ni menos que D. W. Griffith, uno de los grandes directores de la historia, que es conocido como "El Padre del Cine Moderno". Lillian fue la prima donna de Griffith sin lugar a dudas, al que le encantaba ese aire tierno que desprendía y que mezclaba con ese carácter trágico que tenían los personajes que ella interpretaba. Casí todas las obras de Gish fueron dirigidas por Griffith con el que se dice tuvo un romance, que nunca existió. Obras como "Intolerancia", "Lirios Rotos" (¡magnífica!) o "Las Dos Huerfanas" (actuando junto a su hermana Dorothy) le valieron ser una de las más grandes estrellas del séptimo arte. Pero no todo fue rodar con Griffith. También fue protagonista en películas como "La Mujer Marcada" y "El Viento" (otra epopeya del cine mudo), rodadas por el cineasta sueco Victor Sjöström, el cual fue uno de los grandes idolos de Ingmar Bergman (de hecho, Sjöström fue ya en los años 50 el protagonista de "Fresas Salvajes" de Bergman).
Sin embargo, la llegada del cine sonoro posibilitó que muchas estrellas no fueran contratadas (nunca se adaptaron) o tuvieran que readaptarse como fue el caso de Lillian. Sus papeles, a partir de esta época, fueron esencialmente secundarios (con actuaciones brillantes), algo que, por otra parte, no hacía olvidar, ni mucho menos, a la joven Lillian de cara angelical que tanto había deslumbrado aquellos años mudos. Fruto de ésto consiguió un Oscar Honorífico en 1971.
Entre sus destacadas actuaciones podemos destacar obras memorables como "Duelo al Sol" (por la que volvió a ser reconocida en un western, que fue un fracaso relativo, tiene estellas del calibre de Jennifer Jones, Lionel Barrymore, Joseph Cotten y Gregory Peck), "Jennie" (también con Joseph Cotten y Jennifer Jones), "La Tela de Araña" de Vincente Minnelli y muy especialmente "La Noche del Cazador" como aquella extraordinaria mujer que protege a los niños de un terrible Robert Mitchum.
Lillian siguió trabajando hasta practicamente su muerte, acaecida en 1993. De hecho, es la actriz con la carrera más larga en la historia del séptimo arte con un total de 75 años delante de una cámara. Y, a pesar de los años, merecia estar nominada al Oscar a la Mejor Actriz por su papel en "Las Ballenas de Agosto" junto a otra grande como Bette Davis. Su contestación, tras la gala de los Premios de la Academia a los que no fue nominada: "¡Al menos no tuve que perder ante Cher!".
Una de las grandes del cine mudo y que tras tantos años de sus primeros trabajos, esta en el pináculo de las grandes interpretes de la historia del séptimo arte.
No sabía lo de Cher, aunque menuda razón tenía. Mujy buen escrito
ResponderEliminarravillosa actriz.
ResponderEliminarDe las pocas que -como se dice ahora- supieron reinventarse para continuar brillando en el cine.