Si por algo conocemos a Dionisio (Baco para la mitología romana) es por ser el Dios del vino y el desenfreno, que lo suele caracterizar (recordemos las famosas bacanales), formando parte de innumerables expresiones artísticas a lo largo de la historia. Siempre con una copa de vino, normalmente acompañado de borrachos y con un racimo de uvas.
El origen mítico de Dionisio es fruto de una aventura (una de las muchas) entre Zeus y una humana llamada Semele, la cual era hija de un Rey de Grecia. Por otro lado, otras versiones afirman que versiones que era hijo de Zeus y Perséfone.
Sea como fuera, el inicio del culto a este dios es incierto, aunque muchos griegos afirmaban que había llegado desde Anatolia.
La misión de este dios no era otra que liberar de la preocupación, mediante la locura y el éxtasis, algo que acabaría calando en la cultura romana, cuya tradición del culto a Baco se sitúa tardiamente entre los siglos II y III a. C. a través de la Etruria, muy influida por el mundo helénico. Era además el dios patrón de la agricultura y el teatro.
Si quieren saber más sobre las conocidas bacanales, vayan al siguiente enlace: ¿Qué era una bacanal?
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