sábado, 8 de septiembre de 2018

La Gloria comenzó en Suiza

Fue un 8 de Septiembre de 1955. Ese día comenzó la historia de la Copa de Europa (o la Copa de los Campeones Europeos) para el Real Madrid. Ese día el el club blanco, vigente campeón de la Liga española, se enfrentó al Servette Suizo en Ginebra.


La plantilla liderada por su Presidente, don Santiago Bernabéu, fueron recibidos por la Reina Victoria Eugenia, viuda de Alfonso XIII y con ella (de vacaciones) estaban don Juan y un joven Príncipe Juan Carlos, que pudieron departir con los miembros de la plantilla y la directiva madridista. Tanto don Juan como su hijo irían al partido. La foto oficial entre la plantilla y los miembros de la Casa Real no fue publicada por los periódicos españoles debido a la censura. 


Éste comenzó a jugarse a las 16:45 horas con una asistencia de 7000 espectadores y arbitrado por el francés Robert Sautelle. Por aquel entonces no había un horario unificado, ya que en muchos campos no existía entonces iluminación artificial, ni siquiera en el Santiago Bernabéu (el año siguiente se inauguraría durante la Copa Latina), que era el estadio con mayor capacidad con 125.000 espectadores.
El Real Madrid salió con Juanito Alonso, Navarro, Marquitos, Atienza, Muñoz, Zarraga, Joseito, Molowny, Di Stéfano, Rial y Gento. La primera alineación de la historia blanca en la Copa de Europa, la cual estaba capitaneada por Miguel Muñoz. 


El Servette se mostró como un equipo correoso con un tremendo cerrojo, renunciando al ataque y con un equipo blanco que no encontraba el camino. Di Stéfano estaba terriblemente marcado y Gento no podía desplegar su velocidad. Así se llegó al descanso.


En la segunda parte parece que se repetía la tónica. Sólo una falta cercana parecía ser la única posibilidad de marcar a los suizos... o un tiro desde fuera del área. Lo mismo debió pensar Muñoz que batió al portero con un tiro lejano, pero potente que se convertía en el primer gol de la historia blanca (llegó en el minuto 74). El segundo gol llegaría también desde fuera del área, anotándolo Rial en el 89. Con 0-2 acababa el primer partido de la historia del club blanco (la vuelta sería más plácida con un 5-0). En aquel momento nadie sabía que con este partido comenzaba la que sería la gloriosa historia europea del Real Madrid.

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