"Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero"
¿Cómo un soldado de profesión pudo escribir tal belleza, describiendo los sentimientos más intimos de una persona hacía su enamorada? Garcilaso de la Vega (el gran Garcilaso, añadiría) fue el prototipo del cortesano renacentista, hombre culto, que es el introductor de la poesía que se estilaba en la península itálica.
Garcilaso nos presenta en esta maravilla del Siglo de Oro Español algo tratado mil veces en otras composiciones poéticas, pero que el supo trasladar de una manera singular. La única razón para existir de Garcilaso no es otra que el Amor, el cual nos presenta como algo natural, ya que forma parte del Alma del poeta (por hábito del alma mismo os quiero), pero serían los versos finales los que dan sentido a un poema que empieza de una forma introductoria y nos acaba presentando que el Amor es la única razón para nacer, vivir y, por último, morir.
"...por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero"
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