Película muy dura... pero necesaria. Basada en los hechos reales de la hermana Helen Prejean (que puso por escrito), pone de relieve dos vertientes bien distintas: una la justicia de los hombres, cruel en algunos países donde esta permitida la pena de muerte ("ojo por ojo") avalada por gran parte de la sociedad, y la otra la justicia de Dios, a veces incomprendida sobre todo para los familiares de las víctimas que consideran que el culpable de todos sus males debe morir.
Mattew Poncelet (Sean Penn) es un condenado a muerte en Luisiana
por el asesinato de dos adolescentes, aunque él afirma no haberlo
cometido, alegando que lo había hecho su compañero de aquella noche. Con la
esperanza de conseguir ayuda, se empieza a cartear con la hermana Helen
Prejean (Susan Sarandon), quien faltando poco más de una semana para la ejecución, irá a la cárcel para que éste consiga la absolución, con la ayuda de un abogado
amigo suyo, y la necesaria Paz espiritual, convirtiéndose de esta forma en su guía.
Entre la vida y la muerte |
Sin
embargo, las cosas no serán fáciles para Helen. La hermana sentirá una profunda
inquietud no sólo por la espantosa agonía que supone la cuenta atrás para la ejecución,
sino también por las familias de las víctimas. Pero aun así y con todas
sus dudas (que son muchas), presta toda la ayuda que está en sus manos al Mattew, ofreciendo además ayuda a las familias de las víctima, que,
dolidas, no comprenden cómo ella puede ayudar al asesino de sus familiares. Ellos la
rechazan. Quieren que Mattew pague por lo que ha hecho con la inyección letal. Se forma entre Mattew y ella un vínculo afectivo que hace que sus dudas aumenten. Dios no quiere que nadie sea condenado a la muerte por sus crímenes, pero es demasiado el dolor que sienten las familias como para pensar en otra cosa.
No sólo los padres quieren la ejecución del reo, sino una cantidad ingente de personas que se manifiestan a favor de la pena de muerte fuera de la cárcel, no entendiendo como una religiosa como Helen Prejean puede apoyar a un asesino como Mattew. Los propios funcionarios de la prisión no sólo creen que el condenado merece la pena de muerte, sino les parece extraño la actitud de la hermana con respecto a éste.
Las familias tienen mucho dolor... y rabia |
La última semana, es una lucha constante por salvar la vida de
Mattew, apelando a los derechos humanos
e intentado hacer ver que el reo es una persona, y que siendo verdad que el asesinato
está mal, lo cometa quién lo cometa, pero eso no implica que una persona tenga que pagar sus pecados con su propia muerte. Mattew siempre le negó a la hermana que hubiera cometido esos crímenes, a pesar de jactarse de ello en una entrevista. Respeta mucho a la religiosa y no comprende como puede estar en un sitio así y haciendo todo lo posible para que él sortee la pena de muerte.
Tras esta larga lucha no consiguen que Mattew
sea absuelto, yendo su familia a verlo el último día, diciéndole a sus hermanos que cuiden mucho de su madre, la cual no soporta el dolor tan grande que le produce la perdida de su hijo. Haya o no haya cometido asesinato sigue siendo su hijo y eso se nota. Él no quiere lloros, pero no puede evitarlo. La vida es muy dura, pero para alguien cercano, haya hecho lo que haya hecho, que éste muera es muy duro.
Faltan unas horas para su ejecución. Unas horas terribles que no puede dejar pasar por él, por la hermana Helen y las familias de las víctimas. Mattew le confiesa a
la hermana que él sí ha cometido los crímenes, pero que se
arrepiente de ello, y quiere llegar a la muerte en paz consigo mismo y los demás. Pide perdón a Dios por todos sus crímenes.
Helen Prejean lo acompaña hasta el último momento en virtud de ser su
consejera espiritual, llegando la ejecución del reo con la inyección letal.
En presencia del abogado, de las familias de los jóvenes asesinados y
de la hermana Prejean, su consejera espiritual; La máquina está en
marcha, un montón de policías atan al reo a una camilla que tiene los
brazos extendidos. Él en medio de su agonía le pide perdón de todo corazón a los familiares de las víctimas. Matar es un error, lo haga con quien lo haga. Dos policías aprietan al unísono dos botones, la máquina
empieza a funcionar y las luces amarillas se encienden, los émbolos de
las jeringuillas se mueven, un líquido entra en los brazos de Mattew. Cuando se ilumina el rojo, el veneno empieza a circular
por su cuerpo. Con la palabra "Finish" y la luz
es verde, el acusado ha muerto. Todo ha terminado.
Todo un alegato contra la pena de muerte, que no busca ningún tipo de visión romántica de los criminales. Más al contrario vemos una transformación en un hombre condenado, que pasa de negar sus crímenes a aceptarlos, responsabilizandose de los mismos, y pidiendo perdón a Dios y las familias. Tampoco condena la actitud de las familias, ni tampoco busca la comprensión, sino se hace eco del tremendo dolor que sienten ante la perdida de sus hijos. Decir que esta película no les será indiferente es muy poco para definirla. En todo caso les removera conciencias piensen lo que piensen sobre la pena de muerte.
Dirección
|
Tim Robbins
|
Producción
|
Tim Robbins
Jon Kilik
Rudd Simmon
|
Guión
|
Tim Robbins
Obra: Helen Prejean
|
Música
|
David Robbins
|
Fotografía
|
Roger A. Deakins
|
Montaje
|
Lisa Zeno Churgin
|
Otros datos
País
|
Estados Unidos
|
Año
|
1995
|
Género
|
Drama
|
Duración
|
122’
|
Protagonistas
Actor
|
Personaje
|
Susan Sarandon
|
Hermana Helen Prejean
|
Sean Penn
|
Matthew Poncelet
|
Margo Martindale
|
Hermana Colleen
|
Jack Black
|
Craig Poncelet
|
Robert Prosky
|
Hilton Barber
|
Peter Sarsgaard
|
Walter Delacroix
|
Roberta Maxwell
|
Lucille Poncelet
|
Celia Weston
|
Mary Beth Percy
|
Lois Smith
|
Madre de Helen
|
R. Lee Ermey
|
Clyde Percy
|
Premios
Oscar
Categoría
|
Persona
|
Oscar a la Mejor Actriz
Principal
|
Susan Sarandon
|
David di Donatello
Categoría
|
Persona
|
David di Donatello a
la Mejor Actriz Extranjera
|
Susan Sarandon
|
Festival de Berlin
Categoría
|
Persona
|
Premio del Jurado
|
Tim Robbins
|
Premios de lectores de
Berliner Morgenpost
|
Tim Robbins
|
Mejor interpretación
masculina
|
Sean Penn
|
Un condenado
Hijo de Dios
Matar esta mal y el perdón
No hay comentarios:
Publicar un comentario