Nos encontramos en plena época de las cruzadas en las que el mundo padeció unas series de conflictos entre cristianos y musulmanes por la posesión de Tierra Santa. Los conflictos se hicieron extremadamente crudos contra los turcos selyúcidas, una rama procedente de las actuales Irán e Irak.
El odio entre los seguidores de Cristo y Mahoma era tal que un cristiano y un musulmán no podían estar bajo el mismo techo. En el caso cristiano, se tenía la costumbre de acusar a los musulmanes de todo lo habido y por haber como el clima, envenenamientos o plagas (sin pruebas claro) tal y como se haría con los judíos en el centro de Europa a los que se acusó de propagar la peste negra.
Muchos musulmanes, especialmente turcos, fueron colgados o decapitados ante tales acusaciones, poniéndose en el caso de estos últimos sus cabezas en picas como escarmiento al resto.
De estos sucesos truculentos nació la expresión "cabeza de turco" para culpar a alguien (o a un grupo de personas) de determinado asunto con el objetivo de exculpar al resto, impidiendo que se esclaresca quién es el verdadero culpable. Esta expresión es sinónima de lo denominamos chivo expiatorio.
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