Sería hace unos años cuando mis padres que habían viajado a la Península por Castilla y León cuando como recuerdo de su visita trajeron la magna obra de José de Espronceda "El Estudiante de Salamanca".
Sólo Salamanca, ciudad universitaria por excelencia, podía ser la protagonista de una obra tan propia del Romanticismo en la que se entremezcla la tradición popular, con la muerte y la fantasía.
José de Espronceda |
En este poema narrativo, el cual incluye en cierta medida el mito de Don Juan, se nos introduce a Doña Elvira, el ideal del Amor del autor, acaba convirtiéndose en la imagen de la propia muerte. Félix, un hombre mujeriego nada dado a las relaciones serias, la acabó rechazandolo, algo que hizo que la pobre y enamorada joven muriera de pena. El hermano de Elvira se enfrentará a Félix, quien lo acabará asesinado.
De pronto verá la figura espectral de una mujer, envuelta en una túnica blanca. Una figura que lo llevará a la muerte. Sólo Salamanca, sólo Espronceda podían dar origen a obra tan llena de oscuridad, dolor y muerte. Una maravillosa obra de la literatura castellana.
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