sábado, 25 de junio de 2016

El Honor

El Honor siempre ha sido una cualidad virtuosa y no por ser escasa en algunas épocas, no deja de ser valorada. Honor no es una palabra fácil de definir, aunque la RAE nos da algunas que otras interesantes definiciones. Algunos dirían que es dignidad, otros que una cualidad moral para con uno mismo y con el prójimo. La clave nos la da el inmortal Pedro Calderón de la Barca en su "Alcalde de Zalamea". 


Pedro Crespo era un humilde labrador de Zalamea de la Serena, cuya hija fue forzada y violada por el capitán Don Álvaro de Ataide, un truhan de origen noble, el cual había sido rechazado por la joven. Calderón, al igual que Lope en su Fuenteovejuna, pretende darnos una lección de defensa de los derechos individuales frente a la actitud despótica y cruel de algunos que gobiernan las Instituciones, pero desde un punto de vista que se encuentra entre lo humano y lo divino. Crespo le ofrece a su hija como esposa en compensación por la perdida de la honra al haber sido violada. El Capitán no sólo la rechaza, sino que espeta el profundo desprecio que siente hacía el labrador debido a su condición humilde. 
Ni que decir que el tal Predro Crespo se convertirá en Alcalde de Zalamea y el vil Capitán no lo pasará precisamente bien. Es este un drama de honor, y será en la boca del Alcalde Pedro Crespo donde oiremos el reconocidisimo alegato final en defensa de su honra:, un atributo el cual vincula con el mismismo Dios (¡Me encanta!): 
"Al Rey la hacienda y la vida se ha de dar,
pero el honor es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios..."

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