Un señor que veta al partido que representa al centroderecha en España y otro tipo que representa a una ideología tan vieja y rancia como el comunismo se autodefinen como el cambio. "Sí por el cambio" dicen unos, "El cambio somos nosotros" dicen los otros.
Pues ni unos, ni otros. El cambio no consiste en vetar partidos o personas (¡Ojo! Albert) y por supuesto consiste en volver a las políticas económicas y dictatoriales del fracaso que acabaron de forma directa e indirecta con la vida de personas. La palabra cambio expresa una voluntad de hacer otra cosa, actuar de forma distinta. No sabemos si a mejor o a peor.
Un cambio positivo consistiría en evolucionar hacia mejor; nunca retornando con los vetos a aquello que expresó don Antonio Machado de "las dos Españas", ni volviendo al revanchismo en base a la desgracia ajena como hacen los populismos. El cambio positivo puede llevarnos a una evolución con la que alcancemos la Regeneración y la meta común de todos: una España mejor.
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