Todo compositor siempre tiene su obra cumbre. Una obra que le hace ganarse la inmortalidad de las artes, ganandose la posteridad. Uno de esos grandes compositores es Johannes Brahms.
Brahms, compositor romántico por excelencia, siempre se considero admirador de Mozart, Haydn y Beethoven. Como todo grande de la música, realizo grandes trabajos, pero sí hay alguno de ellos que podría definir a la perfección la calidad de sus composiciones son las Danzas Húngaras. Éstas son 21 composiciones, que duran de uno a cuatro mínutos y su nombre deriva de que se basan en temas húngaros, los cuales descatan por su gran sonoridad. La más conocida de estas danzas es la n°5 en fa sostenido menor, que ha llegado a aparecer en diversas películas (acuerdense de Chaplin afeitando a su ritmo en "El Gran Dictador") o anuncios.
Pero sí en algo destacan es en que esta obra ha supuesto fuente de inspiración para multiples compositores, llegandose a hacer versiones tanto clásicas, acusticas o utilizando las nuevas tecnologías. Brahms consiguio lo que tantos de su gran calidad artística habían conseguido: la inmortalidad.
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