miércoles, 7 de agosto de 2013

¡Que se bajen ellos los sueldos!

Es indignante que después de los sacrificios que han/hemos tenido que hacer las personas en una situación que es límite y que han generado algunos, el FMI y otros organismos digan a España que tienen que bajar los sueldos un 10%.

 
Teniendo en cuenta los gastos que se están dando en este país y en concreto en regiones cuyos dirigentes (que no ciudadanos) quieren desligarse de España, me resulta de risa. Si en determinadas administraciones se recortaran diversos gastos de toda índole y cuyo objetivo no es paliar la situación, sino empeorarla con la única intención de que varios políticos de toda condición vivan bien, entonces no solo no haría falta bajar los sueldos (ya de por si paupérrimos), sino que podrían hasta subirse.
Pero, señores, ésto es lo que nos ha llevado un Estado caótico, con 17 mini-estados que actúan como Reinos de Taifas en el que cada cual se preocupa de lo suyo o, lo que es lo mismo, ganar más. Todavía no comprendo como hay gente que defiende este absurdo Estado de las autonomías, sea de la ideología que sean.
En cuanto al FMI, que se calle. Todas sus predicciones han sido erróneas y no han acertado en las supuestas "recetas" para salir de la crisis. La señora Lagarde ya podría predicar con el ejemplo y bajarse su ya aumentado sueldo y preocuparse de cierto asuntillo de corrupción en lugar de decir a los españoles que malvivan como de la forma más sutil que han encontrado (bajada de salarios) nos han dicho.
Lo que pasa es que es muy fácil decirle a los demás lo que tienen que hacer, aunque ésto les genere un gran trauma, y no predicar con el ejemplo. Frases como "Estamos trabajando" o "Hemos sufrido los recortes" dicho en bocas de políticos suena a sarcasmo. Los que verdaderamente están sufriendo la crisis es el ciudadano que paga sus impuestos y ve como las cosas están cada vez más caras (no me refiero solo a los impuestos) y su sueldo no solo no sube, ni queda igual, sino que disminuye, convirtiendo su situación en algo insostenible. 
Por eso el dirigente tiene que ser, antes que político, persona. Si tiene que hacer políticas duras, ir de frente y no esconderse, predicando con el ejemplo. La honradez tiene que ser la base de toda actuación como dirigente.

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