Esta semana que termina han salido las encuestas del CIS, que ponen de relieve que los partidos estatales PP y PSOE están perdiendo fuelle. Yo nunca me he creído las encuestas, pero no hace falta que haya alguna para que sea evidente que han un problema de sistema, donde se encuentran los llamados grandes partidos.
Lo que quiero poner de relieve es la necesidad de que en las elecciones existan una segunda vuelta que evite que determinados partidos ejerzan el control sobre la cámara representativa. Con esto me refiero a la subida de la extrema izquierda y de los nacionalismos, aunque resulta preocupante la subida de UPyD, que no nos engañemos esta dirigida por otra responsable de la quiebra del sistema, aunque ahora quiera erigirse como la defensora de los oprimidos (Rosa Diez), que les recuerdo estuvo dentro del PSOE hasta antes de ayer como se suele decir.
Es necesaria una segunda vuelta para que mediante pactos no haya partidos que aunque no reciban el apoyo mayoritario ocupen el poder como en el caso de Andalucia con el PSOE e IU (y dicen Cayo Lara que no gobernara con imputados ¡Pues bueno!). Por no hablar de que es necesario que se creen dictaduras dentro de la Democracia y poner un límite a los mandatos de ocho años como el Presidente de Estados Unidos. El caso lo tenemos muy cerca. Paulino Rivero, presidente actual de Canarias y un desastre para esta tierra (como Coalición Canaria) pretende volver a presentarse. El caso curioso es que como no gane, vuelve a pactar con los socialistas y, claro, la presidencia nuevamente para él.
Esto es un desastre. No podemos consentir que en una Democracia gobiernen los que han sido votados y encima durante mucho tiempo. Eso no es bueno ni higiénico para un país que quiere ser democrático.
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