Querida Dulcinea...

Sinceramente siempre vi a la señora de los pensamientos del ilustre caballero de la triste figura como una especie de ideal inalcanzable; encarnación de belleza y virtud. Una mujer esquiva y fuerte que tiene como morada el Toboso.

Uno pudiese pensar "pero si no es más que una labradora...", "Aldonza Lorenzo creo que la llaman...", pero el Quijote, siempre dispuesto a ir en busca de aventuras, no podía irse por esos campos de Castilla sin una dama a quien ofrecerle sus victorias.

"Se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cuenta de ello.

Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla 'Dulcinea del Toboso' porque era natural del Toboso: nombre, a su parecer, músico, peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto"

Nunca aparece en las dos partes y, sin embargo, el buen Quijote le atribuye toda suerte de virtudes positivas, que harán de aquella simple labradora un ideal del todo portentoso. "Emperatriz de La Mancha, de sin par y sin igual belleza" Dice el caballero andante sin que su escudero Sancho Panza sepa el motivo por el que su amo quiere con tanta locura a esa mujer. 

Efectivamente. Aldonza Lorenzo es un personaje "verdadero" dulcificado por nuestro loco caballero andante fruto de sus obsesiones y anhelos. Sancho intentará hacer que su amo entre en razón presentándole a una labriega malhablada como la sin par Dulcinea. Peor aún, puesto que Don Quijote intentará por todos los medios salvar a su amada, ya que cree que un encantamiento la ha convertido en una pueblerina incorregible. Nunca dará solución a dicho (y supuesto) encantamiento. Nuevamente el ideal de Dulcinea, su sin par señora, la Emperatriz de la Mancha, virtuosa tanto en belleza como en espíritu, le sera esquivo. El ideal de Dulcinea...