lunes, 15 de agosto de 2016

Los falsificadores

Nos encontramos en el año 1943. Tras la fallida invasión de Rusia, los nazis estaban comenzando a perder la guerra merced a una política que aunaría esfuerzos entre las Democracias occidentales como Reino Unido y los Estados Unidos y las dictaduras como la stalinista. Es por eso que los jerarcas nazis intentaron por todos los medios acabar con el bando aliado y si no se podía desde la vertiente militar, lo harían desde la economía. 


La idea era la falsificación de moneda con el propósito de arruinar la económica británica imprimiendo millones de billetes falsos del Banco de Inglaterra. Al frente de esta operación estaría Bernhard Krüger, mayor de la SS que le daría el nombre a dicha actividad, la operación Bernhard. 
Bernhard, que fue el líder de la Unidad VI F 4a en la Reichssicherheitshauptamt (Oficina Central de Seguridad del Reich) creada durante la Segunda Guerra Mundial y dependiente del Ministerio de Interior, aparte de "fabricar" libras esterlinas, se dedicó a la falsificación de pasaportes y documentos de toda índole. Hombre meticuloso e inteligente, Krüger seleccionó a un grupo de prisioneros judíos de campos de concentración, los cuales antes de la guerra habían trabajado como calígrafos, dibujantes, grabadores e impresores. Salomon Solly Smolianoff sería puesto al frente del grupo que se dedicó en cuerpo y alma a falsificar libras de una forma tan perfecta gracias a la calidad del papel moneda y a la perfecta impresión, que incluso consiguieron engañar al mismísimo Banco de Inglaterra. Estas libras falsas sirvieron para pagar a confidentes en países neutrales, financiar operaciones encubiertas y, lo más importante, desestabilizar a la economía británica con incesantes devaluaciones de su moneda. 


Intentaron falsificar dolares, pero lo cierto es que apenas tuvieron tiempo de ser distribuidos, ya que los aliados acabaron llegando y tuvieron que desmontar el taller e intentar destruir las pruebas, aunque un cargamento con una gran cantidad de libras falsas fue interceptado y su cargamento arrojado al río Toplitzsee en los Alpes Austriacos. Años después, la revista alemana "Stern" organizó una expedición a la zona con el objeto de hallar dicho cargamento, encontrándose gran cantidad de billetes. 


Poco después se sabría que tras comenzar a imprimir dolares, Krüger dio instrucciones a sus trabajadores para trabajar lo más despacio posible, dando largas a la nefasta administración nazi hasta que la guerra terminara, permitiendo a los prisioneros ser liberados después de ser transferidos a los campos de Austria en Mayo de 1945, salvándolos de la solución final que pretendía la aniquilación completa de los judíos en toda Europa. 


Tras la guerra,  Krüger fue detenido por los británicos y encarcelado durante dos años, siendo posteriormente entregado a los franceses por un año. El propio Bernhard llegó a decir: "Ellos me pidieron que falsifique documentos, pero me negué". Fue liberado en 1948 sin cargo alguno y retornó a Alemania. En los 50 se presentó ante una corte de desnazificación, donde  ex-prisioneros que estuvieron bajo su mando en Sachsenhausen, así como antiguos falsificadores, proporcionaron declaraciones a su favor, indicando que sus acciones, mientras dirigía el campo o estuvieron bajo sus ordenes, les evitaron ser llevados a las cámaras de gas, llegando a decir que a diferencia de otros jerarcas nazis, los trataba de forma correcta y humanitaria. 

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