Esta es una de las técnicas de suspense más reconocidas de la historia del séptimo arte. Esta expresión fue acuñada por Alfred Hitchcock y, aunque no fue su inventor propiamente dicho, fue el que por las carácterísticas de sus obras le saco más jugo. Para definir qué es esa técnica, qué mejor que unas palabras del propio Hitchcock: "En historias de rufianes siempre es un collar y en historias de espías siempre son los documentos".
El cineasta inglés también explica esta expresión en el libro-entrevista con François Truffaut "El cine según Hitchcock:
<<La palabra procede del music-hall. Van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro “¿Qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?”. El otro contesta: “Ah, eso es un McGuffin”. El primero insiste: “¿Qué es un McGuffin?”, y su compañero de viaje le responde: “Un MacGuffin es un aparato para cazar leones en Escocia”. “Pero si en Escocia no hay leones”, le espeta el primer hombre. “Entonces eso de ahí no es un MacGuffin”, le responde el otro>>
Es, siendo claro y conciso, un elemento que hace que los personajes avancen en la trama, pero éste no tiene gran relevancia en el devenir de los acontecimientos. Es lo que llamaríamos una excusa argumental (aunque yo prefiero llamarlo "trampa argumental" porque te atrapa de la forma más insospechada y no puedes parar. Una especie de trampantojo cinematográfico, si me permiten la expresión). No sólo se da en el suspense: un ejemplo perfecto, lo tenemos en "Ciudadano Kane" dirigida por el gran Orson Welles en la que vemos como al morir el magnate Charles Foster Kane, dice su última palabra: Rosebud (aunque no hay nadie en la habitación que pudiera oírle).
Y a partir de esa palabra, un periodista interesado por la vida de un hombre tan poderoso, se decide a preguntar a diferentes personajes que formaron parte de la vida de Kane. Así la palabra Rosebud es una excusa para mediante flashbacks o retrospectivas mostrarnos quién era ese hombre. La palabra, por lo tanto, no tiene importancia para el devenir de la trama. Finalmente, se muestra al espectador que Rosebud era el nombre del trineo con el que Kane jugaba de pequeño: el único momento en el que había sido feliz.
Muchas películas han utilizado esta técnica: "El Halcón Maltés", "Los Tres Días del Condor", "Casablanca" y muchas más, pero sería el gran Alfred el que le daría relevancia adecuada. Muchas veces utilizo esta técnica, pero son dos películas el ejemplo perfecto de McGuffin.
Una es "Con la Muerte en los Talones" donde un despistado ejecutivo interpretado por Cary Grant es confundido con un supuesto agente, que en la realidad no existe, y lo mete de lleno en una trama de espionaje el máximo nivel. La otra es "Psicosis" donde una secretaria interpretada por Janet Leigh huye, tras robar dinero de su empresa, llegando a comprar otro coche con dicho dinero porque cree que la siguen. Finalmente acaba en el hostal regentado por Norman intepretado por Anthony Perkins, el cual es un ser enajenado dependiente emocionalmente de su madre muerta, quien la acaba asesinando en la ducha. El dinero, como vemos, tiene nula trascendencia en la trama, aunque en su huida, la joven tuvo la mala suerte de parar en el oscuro hostal.
Huyendo con el dinero |
En la actualidad, en mayor o menor medida, estamos inundados de McGuffins, tanto en cine, televisión o libros. Así que ya saben. Puede que cuando vean una película, esten siendo "victimas" de una de las técnicas más antiguas de la historia del séptimo arte ¿Sabremos detectarlo a tiempo?
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